Pasamos nuestra segunda noche en Osorno en casa de Marco, hablando de viajes mientras tomábamos el once, que es la merienda-cena típica chilena: té o café, pan, mantequilla, mermelada, paté, ... y todo lo que se quiera poner sobre la mesa.
El martes día 5 fuimos al Parque Nacional Puyehue, donde nuestro plan era subir al volcán Puyehue, y luego caminar por unas dunas que dicen parece un paisaje lunar, para llegar a un lugar en medio de la nada con aguas termales. De ahí, iríamos a visitar una zona con geiseres y luego seguir a Riñinahue, por una senda casi sin marcar. En total serían unos 80 kms, en 5 días, con toda nuestra ilusión. Entramos al parque, tras pagar la cara entrada (aunque la sacamos a mitad de precio). Cosas de sudamérica,el volcán está en una propiedad privada (o sea, que el dueño podría decir a sus amigos que tiene un volcán en su casa!!!).
Tras acampar en la falda del volán, el día siguiente subimos al cráter. Disfrutamos en la cima durante dos horas de su majestuosidad, con el sol calentándonos fuertemente, tumbados junto al cráter, y rodeados de nieve. Así... hasta que llegó el resto de la gente que estaban por la zona: 10 israelitas y 12 italianos, y como empezó a haber demasiado ruido, nos fuimos hacia abajo. Nos desviamos para inspeccionar el camino que queríamos hacer el día siguiente hacia las aguas termales, y comprobamos lo que nos habían advertido, que había mucha nieve, demasiada. Visto lo complicado que iba a ser caminar por ahí tantas horas con la mochila... desistimos. Otra vez será.
Salimos del parque y nos encontramos con el problema de que el lugar en el que estábamos para hacer dedo, no es fácil, debido a la gran velocidad a la que pasan los autos por este punto. Pero como siempre, la suerte es una fiel compañera del viajero, y se detuvo una 4x4 que iba a Santiago y nos llevaría a Valdivia; eso sí, estuvimos 2 horas haciendo dedo. Jorge, que se llamaba el conductor, no solo se desvió para dejarnos en Valdivia 8 horas antes de lo que pensábamos llegar, sino que además, nos ofreció una cabaña para cuando estuvieramos cerca de Viña del Mar y Valparaíso; y además (sí, todavía hay más), nos invitó a comer una enorme fuente de mariscos en el mercado de Valdivia. Un grande!!
De ahí, con el estómago lleno, llamamos a Claudio, miembro de Hospitality Club y al que yo había informado que llegaríamos el día 11. Era el día 8, y no puso ningún problema, abriéndonos amablemente la puerta de la casa en la que vivía estos días en Corral, lugar donde trabaja. Para llegar a la casa... fácil, una micro, un barquito, y una cuesta que ni en el volcán!!!!
Animo, jóven...sigue así. Disfruta de tus aventuras, pero haznos partícipes a nosotros también, pues aunque nadie te conteste, te seguimos...SUERTE
ResponderEliminarSí es cierto, muchos te seguimos
ResponderEliminarq suerte q tienes! es bueno saber que hay mucha gente buena en el mundo
dale, actualízate!!!
buenos caminos!!!
Sí es cierto, muchos te seguimos
ResponderEliminarq suerte q tienes! es bueno saber que hay mucha gente buena en el mundo
dale, actualízate!!!
buenos caminos!!!