El desierto más árido del mundo. La mayor reserva de salitre natural. 1400 metros de grosor la capa de salitre que está bajo la arena. El 40% de la reserva mundial de Litio. Grandes vetas de minerales, sobre todo cobre. Lugares en los que no llueve desde hace más de 50 años. Esto es el Desierto de Atacama.
Y dentro del Desierto de Atacama, hay un pueblito que es el centro turístico de la región, San Pedro de Atacama. Hacia ahí fui. El pueblo, pequeño, con sus casas de adobe, muros de adobe, ... y sus turistas. Es difícil encontrar a alguien que sea nacido ahí. Todo está echo por y para el turismo. Como decían una pareja que conocí, parece Hollywood, ya que todo son como escenarios vacíos para que el turista vaya y se saque la foto. Además, al ser un centro tan turístico, todo es muy caro. Y más caro aún al encontrarse en medio del desierto, en donde ciertos alimentos son traídos de lejos.
Entre los atractivos de San Pedro, la mayoría han sido escuchados alguna vez por los mochileros: Los Geyseres del Tatio, El valle de la Luna, El valle de la Muerte, el salar de Atacama, ... El pueblo en sí... bueno, sus ferias artesanales, sus construcciones y su iglesia, cuya puerta está echa de cactus y sin clavos, sino con cuero.
Llegué el sábado a la noche, ya que el domingo me iba a reunir con una amiga de Coquimbo. Nos juntamos, y con una pareja europea que había conocido en su viaje por el salar de Uyuni, nos fuimos a tomar algo a la tarde, protegiéndonos del calor.
Al día siguiente, me levanté a las 3.40 de la mañana, para intentar llegar a dedo a los Geyseres del Tatio, pero fue imposible, ya que solo pasó un auto y sin sitio... tendré que pagar la excursión. Luego, y puesto que Carolina estaba mal del estómago, me puse a andar hacia un lugar también muy turístico: el Pukará de Quitor; que no es más que una fortaleza que usaron los habitantes de la región para protegerse primero de los Incas, y más adelante, de los Españoles. Quedan los restos de piedra de aquella fortaleza. Y al lado hay un mirador del que se ve el valle de la Muerte. Ahí subí, y para bajar.... puesto que no me gusta mucho volver a pasar por lo caminado, seguí hacia delante, bajando por la pared del cerro hacia lo que yo creía que era el valle de la Muerte.
No lo era, pero el paisaje era superbonito; caminando entre valles de arena super cerrados, dentro de la Cordillera de la Sal, y más adelante caminando sobre la sal que dejó un pequeño riachuelo. Y así poco a poco, y cansado llegué a San Pedro. Agotado!!
Esa misma tarde, fuimos a ver el valle de la Muerte y el valle de la Luna. El primero, es un valle en el que se camina entre cerros de la cordillera de la sal y dunas de arena. Al parecer, Gustavo Le paige, párroco del pueblo y descubridor de los primeros restos arqueológicos de San Pedro que le empezaron a dar la fama, quiso llamar a este valle, valle de Marte. Pero como no hablaba muy bien castellano, se confundió y dijo muerte, y así se quedó, valle de la muerte.
Luego fuimos hacia el Valle de la Luna, tras pasar por el mirador del mismo valle. Ahí, junto a la entrada estaban las cavernas de la sal. Unas grutas echas por corrientes de agua (a saber de hace cuanto tiempo), y con unas marcas en las paredes fantásticas. Acá la erosión había echo una obra de arte, y la sal, se encargaba de facilitárselo. Además, se podían ver auténticas rocas de sal. Me gustó.
Y un poquito más adelante, llegamos a la gran Duna. Allí subimos, y caminamos por ella, para ver el atardecer en el valle de la Luna. Un valle, con unas formas que bien pueden hacer pensar que uno se encuentra en la luna. Obviamente, la imaginación es más que necesaria. Me hubiera gustado visitarla de noche, aprovechando además que era luna llena; pero como todos los lugares turísticos están bajo la gestión de las Comunidades Atacameñas, a éstos les parece irrespetuoso entrar al valle de noche. Sus razones tendrán...
Al día siguiente, costó madrugar, y puesto que a dedo vi que era muy complicado, nos fuimos en excursión a los Geyseres del Tatio. Estos son los Geyseres situados a más altura del mundo, a 4.200 msnm, y en realidad están todos en el cráter (enorme) de un volcán. Llegamos arriba a las 6 de la mañana, todavía de noche, pero en 15 minutos estaba aclarando. Durante el camino, para evitar que me diera apunamiento (soroche o mal de altura), lo pasé mascando unas hojas de coca, ya que dormir por esa ruta es imposible. No había probado nunca, pero la boca era curioso como se te quedaba dormida.... parece que funcionó y no me apuné. Será por eso?? O será algo psicológico??
Es necesario ir tan pronto, puesto que los Geyseres son al fin y al cabo, vapor de agua que sale al mezclarse agua con piedras muy calientes. Entonces, si uno va a la tarde, la temperatura ambiente no permite observarlos, pero yendo tan temprano, con temperaturas de 0 grados o menores, el espectáculo es único.
Por donde miraras había geyseres, algunos pequeñitos, otros enormes.... algunos impulsaban hasta agua, pareciendo una fuente. Unos eran agujeritos pequeñitos en el suelo, que lo justo echaban un ruidito, otros, eran enormes, de incluso varios metros de diámetro . Ni que decir, que ya hay quien se ha caído dentro (y se ha muerto, obvio). Las excursiones, te preparan el desayuno calentando por ejemplo leches y huevos, con el calor que sale de los agujeritos.
Estuvimos un par de horas por allí arriba, viendo geyseres,bañándonos en las aguas pseudocalientes que allí había y viendo algo de fauna: flamencos, llamas, vicuñas, ... Éstas últimas, dicen que se resisten a ser domesticadas, y siguen en libertad. Además, dicen su lana es super fina, siendo el segundo tejido más fino tras la seda. Yo toqué unas telas echas con su lana... y realmente, fantásticas.
A la vuelta, paramos en un pueblito, Machuca, donde viven unas 5 personas y hay como 15 casas. Había llamas, casas de adobe, sus crucifijos en el tejado.... como decía antes, un escenario de Hollywood vacío para sacarse la foto. Y para comer empanadas de queso de cabra.... mmmmm!
No hice mucho más por el pueblo, aparte de tomar un buen vino Carmenere con Carolina, y intentar conocer más lugares a dedo. El precio de todo, empuja a uno para atrás. Aun y todo conocí el cercano pueblo de Toconao, echo con una piedra blanca, y con un campanario separado de la iglesia. Y su atractivo, la Quebrada de Xere, donde rodeado de desierto,una quebrada en la tierra por donde pasa el río, sirve para que haya una densa vegetación y muchos árboles frutales.
Al día siguiente, el jueves salí de San Pedro con Leticia y Frederic, una pareja que conocí en el camping. Creo que ya son 7 las parejas formadas por un francés y una chilena que me encuentro en mi viaje. Muy simpáticos, me ofrecieron llevarme a Calama y luego a Antofagasta.
En Calama, el principal atractivo (si es que se puede llamar atractivo) es la cercana mina de Chuquicamata. Es la mina a tajo abierto más grande del mundo: Un agujero en la tierra de 5 kms de largo, 3 kms de ancho y 900 metros de profundidad. No tiene que ser muy bueno vivir cerca de ella, así que el pueblo de Chuquicamata, construido para albergar a los trabajadores de la mina, ahora lo están clausurando y trasladando a las personas que ahí vivían a Calama.
La mina es espectacularmente grande, al igual que sus camiones y grúas. Todo es a lo grande. Pero si hablamos de cifras, también es a lo grande. Cada rueda del camión de la foto, vale 12.000 dólares. Empezó hace más de un siglo, con los hermanos Guggenheim a la cabeza. Lleva unos 100 años de vida, y se estima que va a seguir dando cobre otros 100 años más. Creo que nos dijeron que extraían al día unas 600 mil toneladas de piedras, de las cuales solo un tercio era aprovechable, y de la que se extraía un acero del 1% de pureza. Procesos químicos... y chan!!!! cobre del 99,9997%. Y como el cobre cada día vale más, he aquí la base de la economía chilena.
Seguimos con el viaje, y llegamos a Antofagasta. Allí, me ayudaron enormemente, ya que dieron una gran vuelta y me dejaron en la salida hacia el sur de Antofagasta, donde hay varias estaciones de Servicio. Mi destino era Santiago de Chile, unos XXXX kms al sur. Pregunté a los camioneros y nada. Empecé a caminar hacia la COPEC, y cuando no hacía ni 10 minutos que me había despedido de Leticia y Frederic, un furgón me pregunta hacia donde voy. Digo... “hacia el sur” (si digo santiago capaz se me ríen, porque estando tan lejos....). Sube, voy hasta Santiago- me responde. Yo sonriendo... le digo, me estás cargando, no??
Y así fue, como recorrí unos 2000 kms en apenas 24 horas a dedo. Llegando a Santiago, nuevamente a casa de mi amigo Ricardo. Donde hoy domingo, me voy hacia Valparaíso.... para qué?????
esta haciendo un poco de frio ya en valparaiso
ResponderEliminarbienvenido una vez mas a este hermoso puerto...
saludos¡
/L
pd_ no olvides comer chorrillana
Si!!!!!!!!!!!!! Seguro apostaria que tienes todo listo para cruzar a Easter Island, bien merecido te lo tienes. Muchas felicidades en esta nueva osadia a la que te enfrentas. Recibí tu correo. Gracias por acordarse de los que atras quedaron, aunque me imagino que somos uno mas de la lista.
ResponderEliminarUn abrazo gigante gigante, cuidate mucho y si a tu regreso al su, decides pasar a despedirte, ya sabes puedes contar con nuestra casa y si es por mayo junio quizas ya tengas casa nueva donde llegar.
Cariños
Lorena
Lo de casa nueva es porque a Cristian y ami nos entregan nuestra nueva casa en esa fecha, si es que la recepción municipal anda rápido, porque ya fuimos a ver la casa y esta casi, casi lista.
ResponderEliminarCerca de de Daniel, recuerdas en la Laguna Grande de San Pedro.
Cariños
Lorena y familia