-------------------- El Viajero ----------------

Nacido en Pamplona, capital del viejo Reyno de Navarra. Con 25 años, para algunos muy tarde para algunos muy pronto... decidí varias cosas: Me encontraba inmerso en un estilo de vida que no me satisfacía plenamente, ya que daba igual que tuviera 25 años o que tuviera 50, iba a seguir haciendo lo mismo, y con lo mismo para contar cada día. Así, que empaque la mochila ... y partí un día 6 de octubre de 2005 hacia Buenos Aires, donde empecé algo... que no se cuando acabará. Mi objetivo principal es VIVIR, y a la vez, sentirme vivo. Viajar... una forma de vida. No consiste en llegar a un lugar, sino disfrutar de cada segundo del camino, cada lugar, cada persona, cada grano de tierra, cada atardecer como si fuera el último y el más lindo... Y en eso consiste mi viaje, no llegar a ninguna parte... vivir viajando; al fin y al cabo, VIVIR. Y desde aquel momento, me considero la persona más feliz del mundo, con una riqueza inmaterial que nadie me puede quitar y nadie puede comprar, que no depende de nadie. Como una vez leí, las cosas verdaderamente buenas de la vida, no son cosas ni tienen valor. Aprendo, vivo y disfruto; entonces ¿por qué parar de viajar?
jotikass@gmail.com

lunes, enero 19, 2009

50 años de Revolución

"Una vez en la vida", me dijo un amigo cuando le comenté que no estaba seguro sobre dejar Edimburgo y mi vida "Edimburguesada" para ir a celebrar el 50 Aniversario de la Rev. Cubana "in situ". M fue calentando la cabeza... y ahí fuí, tras 5 años de mi primera y última visita a Cuba. Sin embargo, esta vez, los malos presagio de gente que había estado por ahí ultimamente y mis buenas sensaciones de mi primera visita, me aterraban, ya que dicen que segunda parte nunca fueron buenas.

La Habana, como todas las ciudades grandes, no me gusta mucho; pero esta vez NO visité la Habana. Bueno, por supuesto que pasé por el Malecón, Plaza de Armas, Catedrál, Plaza de la Revolución, ... pero mi vida se centró en San Miguel del Padrón, un suburbio en el que estaba alojado con Martha y Orlando, que me cuidaban de maravilla. Era la madre (no el padre) de mi amigo Rodolfo, al que conocí por medio de Mirtha (su pareja, pero no la madre de su hija; ni él el padre de sus hijas; así es Cuba). Nos alojaron a mi y a dos argentinos, y éramos los únicos extranjeros del barrio; y los únicos obviamente que subíamos a la gua-gua (servicio pública de buses, que cuesta menos de un céntimo de euro). Así pude conocer gente que no estaba interesada en el turismo y "engañar" al turista (algo que por desgracia es bastante usual). Conocí a un chico de Holguín que no solo insistía en que fuera a su casa de Holguín para su cumpleaños un mes mas tarde, sino que me compró maní, caramelos de menta, ... O también como conocí a unos chicos en la celebración del Aniversario de la Revolución, que al principio no confiamos mucho pensando que nos querrían sacar algo de dinero, pero que no solo eso, sino que acabaron dejándonos dinero para pagar la cerveza... En fin, la otra Cuba.

Los días 30, 31, 1 y 2 fueron hermosos. Cenando con Rodolfo y Mirtha en su casa, con sus tíos, ... hablando de política, sociedad, economía, ... en fin, todo lo que nos interesa saber a todos sobre un país tan diferente al resto como es Cuba. De esa y muchas otras charlas uno saca muchas conclusiones, que tampoco éste es el lugar para extenderse... pero una cosa me dijeron clara: no están contentos en muchas cosas, carecen de otras muchas, les gustarían muchas más y hacer cosas que el gobierno no permite (principalmente para evitar las diferencias sociales); pero se consideran Cubanos, Socialistas, Revolucionarios y seguidores del Ché, Fidel... y de Raúl.

De echo, recuerdo la noche del 31, cuando dieron las 12 de la noche, brindando con Sidra, la gente gritaba "Viva Fidel", "Viva la Revolución", "Por 50 años más", ... Realmente muy emotivo. Y así fué mi fin deaño, compartiendo mesa con una familia cubana que puo lo mejor para sentirme bien, con un lechón asado como manda la tradición cubana; y yo tuve que llevar el "traje". O sea, como dicen ellos... "yo TRAJE esto", "yo traje esto otro", ... y puesto que el alcohol es lo más caro, ahí tocó contribuir. La noche siguió, con cervezas, ron, ... y dominó. Por supuesto!!! Si no hay dominó, no es Cuba. Y ahí salieron mis dotes "dominoíticas". y por supuesto, Salsa y reggeaton. Ahí salieron mis dotes "anti-baile". Per Cuba ante todo, es música. Puede que una casa tenga un frigo ruso del año 50; pero televisión para la novela y enormes altavoces para la música no pueden faltar. Les gusta la música,... y música alta, muy alta. A todas horas, lo mismo al mediodía que a las 3 de la mañana. Y todos bailan... y como bailan!!!! Enooooorme envidia viéndoles, y recordando a mi amigo Javi salsero, como habría gozado por acá....

Y el día 1, pues había baile de nuevo. El malecón cortado, y toda la gente bailando salsa hasta el amanecer con música en viv a cargo de bandas tan famosas como los vam-vam. El recital, en el lugar conocido como tribuna, junto a la Oficina de Intereses en Cuba de los Estados Unidos, donde hacen todos los eventos "anti-yankis", así para que se den por aludidos. Eso sí, el edificio yanki, tapado por más de 100 banderas de cuba. Nosotros, compartiendo con los cubanos... comiendo pollo frito, arroz en el malecón, acmpañados por mojitos a medio euro... y nada de pagar 6 dólares como cobran en "La bodeguita del medio".

Santa Clara, ciudad adoptiva del Che, es famosa además (aunque tiene relación) por el asalto al tren blindado que hicieron los rebeldes a fniales de Diciembre del 58; lo que supuso un golpe casi definitivo para el riunfo de la revolución al hacer prisioneros a unos 350 soldados del dictador. No hay "mucho más" para ver, pero en la plaza Central (Parque Vidal), pasé horas disfrutando de la vida en esta ciudad (ayudado porque era fin de semana). Mucha actividad, carros de caballos por todos los lados, y como no, música. y además de esto, se jugaban partido de la liga de béisbol, con todo el acompañamiento de fiesta (música, baile, puestos de comidas, bebidas, ...) que van siempre con estos eventos. Y allí fuí (dos días), en los que me ponía a hablar con la gente (excepto con el silencio sepulcral al principio al cantar el Himno Nacional), y me explicaban en qué consiste eso de golpear a una pelota y trotar (porque correr... tampoco corrían mucho!!!!).

Sobre el Ché y el mausoleo, no se que decir. Lo más reseñable son la cantidad de fotos de cuando vivía, que consiguen que la gente se emocione. No pensaba que me iba a pasar, pero también me pasó. Se siente emoción recordándolo, viendo grabaciones, escuchando su voz, ... y leyendo, sobre todo su famosa carta de despedida a Fidel. Sin entrar en la polémica de si lo que dices que son sus restos lo son de verdad o no, lo que sí está claro es que el Ché no son sus huesos, son mucho más, y es del pueblo, y el pueblo lo ama por encima de todo, sin importar si está ahí o no. La gente realmente lo idolatra. Hasta siempre comandante! Eso dice la canción que Fidel pidió a Nicolás Guillén, en el 1er aniversario de la muerte, y que el cantautor cubano Carlos Puebla compuso en pocas horas, y que se ha convertido en su canción.

Costó salir de Santa Clara hacia Camaguey en tren, ya que como dicen por acá, el 80% de los trenen llegan tarde, el otro 20% ni siquiera salen. No me voy a poner a escribir sobre el complicado sistema de transportes cubanos, y sobre lo olvidadas que estçan las provincias del interior. El asunto, que 4 horas tarde, pero me subí al tren con rumbo a Camaguey, done llegué a las 9 de la mañana.

Mi primera impresión, una locura de gente y bicis por todos los lados, y mucha gente por las calles (algo normal en cuba), pero ésta además más bicis de lo normal. La razón me la había dado mi compañera de asiento en el tren. El casco histórico de Camaguey es el más grande de Cuba (incluso mayor que el de La Habana), y no es el típico plano cuadricular colonial, sino que cansados de que los piratas ingleses lo quemaran y saquearan una y otra vez, crearon un entramado de estrechas calles en el que es muy facil perderse. Con alguna linda plaza y alguna iglesia, ... y muchas tinajas por todos los lados, asi es Camaguey.

Una noche me fuí a la Casa de la Trova. Tocaba un grupo de la ciudad, y tenía buenas esperanzas de escuchar música que no fuera salsa o reggeaton. Una cervecita y me senté por ahí junto a Pavel (como el decía "soy negro con nombre ruso"). Mientras hacíamos tiempo para el concierto, pusieron música y entre ella algunos temas e la película "Habana Blues". Esto prometía... Empezaron a tocar, y todo tranquilo: jazz, blues, ... tras una hora fui al baño. Volví, y ya no había nadie sentado, todos en pie bailando al ritmo de canciones de los Rolling, Ramones, y demas, que la banda estaba interpretando. Estuvo buenisimo, pudiendo hablar con mucha gente sin importar si eres de fuera o no, si tienes euros o pesos, sin prjuicios de que por hablar con una chica ya estàs dispuesto a pagar por acostarte con ella, ... en fin, la otra Cuba, la buena, la de la otra música, la que lleva camisetas del Ché por convicción y no para vender al turista, la que se pone una cresta y la camiseta de los Sex Pistols, ... en fin, la Cuba que no escucha Reggeaton.

Continuando con el obsoleto sistema de transportes cubano, me encontré con que era imposible viajar en tren de Camagüey a Holguín, ya que la vía ferrea de Holguín tiene trozos en reparación (llevan meses dicen algunos). Así, que por suerte, disponían de n servicio de gua-gua para hacer ese trayecto. La hora de salida... era a partir de las 7 de la tarde. Finalmente, fué a las 23.30.

Llegué a Holguín, capital de la provincia que vió nacer al dictador Batista y a los hermanos Castro, y que me dió la impresión que se encuentra olvidada para el resto del país. Más barata que el resto, con peores infraestructuras... Llegué de madrugada, y aunque Cuba es muy segura, con una mochila, de noche, y sin conocer la ciudad y sin tener una dirección en la que alojarme, decidí quedarme ahí sentado, dormisqueando sobre mi mochila. A las 5 de la mañana comenzó la vida, y ya no pude dormir más, así que me dediqué a ahcer mis indagaciones sobre cómo llegar a Baracoa en línea recta y barata.

Y mientras esperaba la hora de ir al hospedaje en que iba a parar, como suele pasar en Cuba no estuve más de 5 minutos sin compañía. SIempre se acercaba alguien a charlar con el "extraño". Entre ellos Wilfredo, con sus gafas Rayban, que no hacía más que criticar a la Revolución y comentar lo que le cuesta dar de comer a sus hijos.... y para ponérmelo más complicado me decía, que no le gusta trabajar y que no ha trabajado en su vida. ¿Entonces?. Seguía diciéndome que había meses que ganaba 5000 pesos (lo que son 200€ en un país que el sueldo son 15 dólares). Y ya me empezó a explicar. Se encontraba ahí esperando que le llegase su turno para viajar hacia La Habana. Llevaba más de 2 días esperando, y confiaba que en este 3er día pudiera embarcar. Iba a hacer negocios. Llevaba 2000 pesos en el bolsillo (ahí es nada) para comprar perfumes que traería y luego vendería en Holguín.

El siguiente personaje interesante con el que hablé fue un seór de 70 años, que era lo contrario al anterior. Era Revolucionario de corazón, había combatido contra los mercenarios en Playa Giron (bahia cochinos) y le faltó tiempo para sacar su cartera y enseñarme sus fotos y condecoraciones por aquello.

Decidí que necesitaba un descanso, y me fuí a la cafetería a tomar un jugo y comer algo. Eran las 8 de la mañana. Mal momento, cambio de turno. Y acá los cambios de turnos son lentos y largos. Tienen que hacer un inventario de TODO lo que queda, contar dinero, ... en fin. Conseguí mi jugo, pero no un bocadillo, ya que el cocinero estaba pesando el pan.

Caminé hasta la casa que me esperaban, y mientras la señora hacía el papeleo, me fui a dar una ducha de agua fría. Eso de fría... es un decir, salía tibia en el comienzo de ese caluroso día. Quizás fueron los días más calurosos desde que había llegado, ya que incluso tuve que dormir con el ventilador prendido. Obviamente, todo ese calor desembocó en una tormenta tropical al día siguiente, una de esas que llueve mucho en 30 minutos y luego el cielo se torna azul, y hace más calor que antes por la humedad. Holguín era tranquilo, me limité a descansar, pasear, comer bien, y estar tirado en la plaza Central viendo pasar gente y coches descapotables con niñas engalanadas sobre ellos saludando a todo el mundo mientras el chofer toca el claxon para que todos la miren. Son las fiestas de 15, esas fiestas en las que los padres gastan los ahorros de muuuuucho tiempo para que su niña no se sienta diferentes a las otras.

Y como me había informado el primer día, el camión que sale hacia Moa (lugar del que me subiría a otro para ir a Baracoa) salía a las 5 de la mañana. Así que ahí fuí, a la terminal... a las 4.30. Hay camiones a cada hora, pero como por ley los extranjeros no pueden viajar en ellos, había decidido "camuflarme" en la oscuridad, y subirme a él pagando los 10 pesos que vale (0,25euros), como todos. El asunto es que para comenzar su viaje, debía esperar a que llegaran todos los autobuses de La Habana. Y casualidad... este día hubo uno que llegó 5 horas tarde, así que 5 hroas esperando ahí. Por suerte, conseguí subir pagando los 10 pesos de rigor. Y encima conseguí sentarme... porque en 5 minutos, ya estaba el camión con más de 60 personas ahí arriba. Yo tenía mis razones para ir sentado, ya que mi destino era el último, tras 5 horas de saltos sobre un banco de metal, provocado aparte por el pésimo estado de la ruta, apretado con gente, con la tierra entrando por la ventana, con un borracho contando chistes cerca, ... En la foto se ve que no es un autobús de lujo.

Fue seguramente, el viaje más lindo que he hecho jamás en Cuba. 5 horas en las que viajamos através del campo, pasando por entre otros el pueblo Mayabí (famoso por la cancíon de Compay Segundo). Un viaje que transcurre desde mi posición, rodeado con gente del campo, que miran incluso con miedo al que parece que no es del lugar. En el que los que están cerca mía me dan conversación, consejos, explicaciones... En el que el guajiro con su sombrero, y los típicos bohíos (típica casa cubana de madera con techo de paja) son algo que se utiliza, algo básico para sobrevivir y que la gente lo hace por su funcionalidad y no para que el turista lo vea y se saque fotos. Un camino en el que atravesamos plantaciones de bananeros, cocoteros, cafetales y cacao. Un camino que pude ver todavía restos de los destrozos provocados por el último ciclon que azotó la isla, y que aunque (como es habitual) no provocó víctimas mortales, sí que provocó cuantiosos destrozos; pero como dicen los cubanos "Ni bloqueo ni ciclones acabarán con la Revolución". Y llegué a Moa, ciudad de grandísima importancia para la economía cubana, ya que se encuentra la minera que produce el Níquel de mayor pureza del mundo (pero que opr el tema del bloqueo no pueden obtener el beneficio que debieran). Así Moa es importantísima en el tema económica pero importantísima también en cuanto a la contaminación que provoca. De echo, todo el suelo está rojo, y mis ropas y mochila acabaron del mismo color. Nada más llegar al pueblo, conseguí enterarme que el último camión estaba por salir con destino a Baracoa. Era o subirme a ese o parar en ese pueblo que ningún interés despertaba hacia mí. Costó negociar y tuve que pagar 3 veces más que un cubano (lo cual tampoco llegaba ni a un euro), pero acepté y viajé. De nuevo un viaje hermoso, con el mar apareciendo entre las montañas, con el atardecer, con lindas bahías que se colaban entre las palmeras y ofrecían una hermosa estampa... hasta que oscureció, y empezó a llover. Y obviamente, estos camiones, si llueves... te mojas. La lona que los cubre no es la mejor del mundo, así que los que quedábamos ahí, todos de pie, en el medio, intentando no mojarnos. Por suerte no llovió mucho, y paró enseguida, además estábamos cerquita de mi destino, Baracoa.

Dicen que Baracoa es linda, pero que al viajero le parece todavía más linda todavía por lo complicado que resulta llegar hasta ella. Y la verdad es cierto. Pero es cierto también que es un paraíso. Me quedé cuatro noches por varias razones. Primero porque enncotré una casa en la que la familia me cuidaban de maravilla, en la que jugábamos al ajedrez, se reían con mis historias por Cuba, me contaban sus cosas, ... compartimos mucho. Tanto que tengo una invitación para la fiesta de 15 que celebrarán en diciembre próximo. Y éste lugar, que Colón cuando llegó a él en 1511 dijo que era el lugar más hermoso que había visto nunca; fué la primera ciudad fundada de Cuba, y la primera capital hasta 1515. Pero aún y todo, la carretera no llegó a este poblado costero hasta hace 4 décadas, lo que le da todavía un encanto extra. Sus playas cercanas, sus cerros, su maravilloso chocolate, sus cucuruchos de coco (comida exquisita), sus restaurantes económicas, su animadísima casa de la trova (quizás la más animada de Cuba con la gente bailando en la calle), su plaza en la que siempre hay gente para charlar... me encantó. Y creo que volveré.

Pero tocó irme hacia Santiago de Cuba, "Rebelde ayer, heroica hoy, hospitalaria siempre", la que es la segunda capital de Cuba, y famosa por ser donde Fidel declaró el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959. Una de las razones era que ese día llegaba un buen amigo mío, Pablo, que me iba a acompañar una semana en Cuba y otra semana por tierras mexicanas. Así que allá fuimos. Encontré un alojamiento para los dos, cerquita del centro, y le fuí a buscar en taxi... y con botella de ron (más los puros que compró Pablo en el avión), como mandan los cánones, pasamos nuestra primera noche juntos en tierras cubanas. Y así estuvimos durante 5 días en Santiago, empapándonos de la guerr Revolucionaria, y sobre todo, lo que pasó antes de la Revolución en sí mismo. Todo sobre el asalto al cuartel Moncada y como se fué al traste porque uno de los revolucionarios se equivocó al girar en una calle... éso y la mala suerte de justo coincidir con una patrulla desembocó en derrota lo que hubiera sido una victoria sin un solo disparo. Leyendo el ya clásico libro "La historia me absolverá" de Fidel Castro, que se defendió así tras ser detenido por el susodicho asalto (libro totalmente recomendable). O como se fué fraguando una guerra callejera (lo que diríamos Kale Borroka) para ir quemando al gobierno del dictador y facilitar la labor de la guerrilla. O como el día que iban a desembarcar los revolucionarios con el barco Granma (aunque el Ché dijo que más que desembarco había sido un naufracio cerca de la costa...) como se atacó a un cuartel para distraer la atención del ejército.... Muchos nombres que no son tan conocidos como el Ché o Fidel pero que hicieron un trabajo igual o mayor que ellos para acabar con el dictador.

Y bueno, no solo era revolucíon en Santiago. Visitamos el clásico Morro construído por los españoles para proteger la entrada a la bahía, o la catedral de Santiago, ...
Volvimos a La Habana con tiempo antes de nuestro vuelo a tierras mexicanas, para evitar cualquier inconveniente con los pasajes. No teníamos pasaje una hora antes de salir el bus con destino La Habana, pero por suerte siempre pasa algo y todo se soluciona; y tras unas 15 horas de viaje, llegamos a La Habana.

Allí volví, a pasar un par de días con mi amigo Pablo, que fueron de paseo, de recuerdo de nuestra anterior visita, de comer bien, de tomar mojitos en el malecón, ...
Quién sabe si volveremos. Cuando he dejado otros países, siempre tengo la sensación de que volveré algún día y lo que encuentre será parecido a lo que dejo. En Cuba... es imposible tener esa sensación. Es un país que puede dar un giro total en una semana... o puede seguir así 50 años más... Cuba, que bonito es Cuba.

5 comentarios:

  1. Anónimo11:28 p. m.

    uffff amigazo,
    casi sin aliento de leer semejante vuelta!
    me acomodo, me sacudo las gotas de Edimburgo y a leerte en Cuba, en su gente, en su historia....

    como siempre...
    todo un placer...
    voy preparando el ferné!!!
    vir

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  2. Anónimo9:22 p. m.

    Cuba, qué recuerdos, tienes razón, la mayoría de la gente que va a Cuba, vuelve sin conocerla. 3 días en La Habana y 4 en Varadero, en hotel de pulserita todo incluído... La verdadera Cuba está en las zonas rurales, lo mejor de todo es su gente, sin duda. Poder hablar con un anciano que vivió la Revolución, que la gente te cuente su vida...
    Que grande lo que estás haciendo, jotikas...
    Un abrazo
    Isaac.

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  3. Anónimo11:27 p. m.

    no te podes quejar, recomiendo tus escritos y la gente los reproduce...
    mira sino: http://deviajeporamerica.wordpress.com/2009/01/28/jotikas-50-anos-de-revolucion/
    un abrazo amigueteeeeeeeee!!!

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  4. Anónimo9:58 p. m.

    Hola crack!!!!

    ERES GRANDÍSIMO Y LO QUE HACES TODAVÍA MÁS GRANDE!!!!

    A veces dudo de si es bueno leer tu cuaderno de viajes o si mejor sería ignorarlo, ya que además de conseguir crear una necesidad y una agónica espera hasta tu nuevo capítulo, haces que parezca que estás aquí mismo, a la vuelta de la esquina, lo cúal hace que se te eche todavía más de menos...

    Te acuerdas cuando un día pidiendome consejo te dije que te notaba "devhil", como que no eras tu? Pues ahora te digo que siento que volvemos a tener a nuestro mejor Jotas.

    NO CAMBIES NUNCA!!!

    Y sigue haciendo de tus viajes, la mejor novela que haya leido nunca.

    Hasta pronto hermano!

    Un abrazo

    -"El caso abeslari"-

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  5. Anónimo9:59 p. m.

    Hola crack!!!!

    ERES GRANDÍSIMO Y LO QUE HACES TODAVÍA MÁS GRANDE!!!!

    A veces dudo de si es bueno leer tu cuaderno de viajes o si mejor sería ignorarlo, ya que además de conseguir crear una necesidad y una agónica espera hasta tu nuevo capítulo, haces que parezca que estás aquí mismo, a la vuelta de la esquina, lo cúal hace que se te eche todavía más de menos...

    Te acuerdas cuando un día pidiendome consejo te dije que te notaba "devhil", como que no eras tu? Pues ahora te digo que siento que volvemos a tener a nuestro mejor Jotas.

    NO CAMBIES NUNCA!!!

    Y sigue haciendo de tus viajes, la mejor novela que haya leido nunca.

    Hasta pronto hermano!

    Un abrazo

    -"El caso abeslari"-

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