Santiago de Chile

Como dije, abandoné Argentina tras conocer varias cosas en los últimos días, que no comenté. Me fuí de Malargüe, tierra del chivo, donde por celebraciones que no falten... y por reinas tampoco: Reina de la Vendimia, Reina de las Nieves, Reina de la Tradición, Reina del Chivo, Reina de la Región... y así todos los años. O sea, que la que no sale reina, es porque es muuuuy fea. También aproveché una tarde calurosa para irme al cine, y disfruté de la película-reportaje "Amando a Maradona", que giraba, obviamente en torno a Maradona. La verdad que no es una obra maestra ni muchísimo menos, pero a uno se le pone la piel de gallina, sobre todo con el comienzo... y bueno, salí del cine pensando en hacerme un tatuaje con la cara de Maradona... ¡¡¡Qué sentimiento!!!. Y bueno, para sentimiento el que transmitió la canción de "No llores por mi Argentina". Tras muchos meses viajando por fin la oí, de voz de una amiga, Noelia. Elmismo sentimiento con que oí el tango titulado "Malena" de otra voz. Y acabando con los recuerdos del otro lado de la cordillera, el Glaciar de las Lágrimas, donde cayó el avión de los uruguayos. ¿Cuál es ese avión? El de los de la película "Viven", que por desgracia, en vez de caminar hacia el lado argentino (tras más de 40 días esperando el salvamento), caminaron hacia el lado Chileno atravesando toda la cordillera, costándoles 11 días de camino en vez de un solo día que les hubiera costado si caminaran hacia Argentina... en fin, cosas de la vida.

Volviendo a Chile, ya instalado en Santiago de Chile, disfruté de buenísima compañía: Nerea, que por medio de ella contacté (Gracias Maríaaa!!!). Oscar, que es el hermano del novia de una amiga (Gracias Lauraaa!!!). Edurne, del grupo Ortzadar (como mi hermana). Ion, que no tenía el gusto de conocer, pero hoy por suerte, he tenido el placer de convivir unos días con él. También estaban Nuria y Maite, primas, que no llegarían hasta el domingo (mejor así, ya que pude dormir en cama!!! jaja, gracias Nuriaaa!!!), y que las conocía de los tiempos de euskaltegi, pero por separado. En fin que de 6 personas, 5 eran "conocidas" con anterioridad. Realmente, Pamplona es un pañuelo!!! Además, contamos con la presencia de autóctonos, Alicia e Ítalo, dos chilenos muy muy agradables.

1.Vista del salón, con patxarán en principio (vacío).2.Vista de Santiago... no se ve el final. Ciudad grandísima, y por lo tanto muuuuy caótica, sobre todo en hora punta. Pero en horas no punta, también. Una marea te empuja a la hora de cruzar las avenidas. Otra marea te impide avanzar por las veredas, o simplemente cruzar de un lado de la acera al otro... demasiada gente, demasiado agobio. Creo que fue un shock demasiado grande. De dormir en el monte a sentirse dentro de una marea humana, dentro de un rebaño en el que todos caminan sin mirar a su alrededor, sin importar si hay alguien en suelo, donde todo parece blanco y negro... sin color. Por suerte, en casa de mis amigos, uno se sentía como en casa, como en Pamplona: bandera de Osasuna (vamos a acabar segundos!!!), banderita del Ché, patxarán (muchísimo!!! que alegría!!!), música de nuestra tierra, ... en fin, pos eso, como en casa. Bueno, había una bandera chilena... pero qué menos!

Durante el primer día me dediqué a comprar la cámara de fotos entre otras cosas. La compré y lo primero que hice es fotografiarme junto a la cercana calle de Aldunate. En fin, uno que tiene orgullo familiar... Buen estreno. También me dediqué a ir asimilando el acento chileno, ya poh, cachai, si po,... un tanto complicado, sobre todo para uno que está todo el día diciendo ché, boludo, y demás pavadas.

1.Combinación ¿estética? de lo antiguo de la catedral y el nuevo edificio contiguo. 2.Palacio de Gobierno de noche.3.Guardia del Palacio. Y así visité el centro de la ciudad. El palacio del gobierno son sus serios guardias, la Plaza de Armas con sus palmeras y concurridas veredas, su gran catedral, que estaba en reformas y no pude ver las tumbas de unos "Aldunate" que hay por ahí, el gran Mercado Central, lleno d epuestos de pescado y marisquerías (obvio que me tomé una mariscada con vino blanco junto a Oscar. Vi muchos Malls (o sea, centros comerciales) que acá les vuelven locos, y que están siempre llenos. Sobre todo sus puestos de comida. Hoy mismo, andaba buscando un lugar donde comer sentado y tranquilamente, al precio que fuera, pero solo había los internacionales mcdonalds, pizza hut, etc... y muchos puesto de perritos calientes, y demás. Para un día está bien, pero no se como esta gente puede vivir comiendo todos los días eso, rápidamente, y la mayoría de las veces de pie. Bueno, sí se como pueden... capaz no han conocido otra cosa y les enseñaron a hacer eso, y por qué cuestionarse si hay una alimentación mejor?

El medio de transporte básico, el metro, está limpio, y es rápido y eficaz. Por la superficie, circulan caóticos colectivos, que al cobrar comisión por pasajero que llevan, los chóferes parecen pilotos de fórmula 1. Había unos colectivos nuevos, que son articulados, que me dieron mucha alegría, ya que "yo los traje". Son echos en Brasil, y en noviembre recuerdo que viajé durante 2 días en uno de ellos, comiendo y durmiendo en su interior. aichhh, en fin!! que alegría.

Pude conocer también, la noche santiaguina. Cierran pronto los locales ala noche, pero durante el día, es posible pasar por ejemplo un martes en uno de los boliches que hay frente a los centros de secundaria y universidades, tomando, bailando y comportándose como si fuera sábado a las 4 de la mañana. en fin... cerveza que no falte. Y conociendo la noche santiaguina, vi las lindas mujeres que hay acá (como en todos los lugares que he conocido hasta el día de hoy). También ¿disfruté? de un concierto de los Reggeaton Boys (bueno, quizás disfruté más de su público), aunque acabé escapándome a otra sala de la discoteca en que ponían otra música. Y bueno, eso fue el jueves; el viernes "descanso" y el sábado trasnochamos pero sin ir a boliches ni nada por el estilo. Hicimos un asado en casa de un vasco-chileno (Iñaki). El asado riquísimo, así como el vino, el patxarán y el pisco (bebida típica de acá), por no hablar de los cuartetos que bailamos. Y algo que merece mención... la pileta. Oscar y yo no pudimos acabar la tentación, y acabamos metidos en el agua alegremente!!! Al día siguiente la garganta...

Con Jimmy y Ricardo. Durante mi estancia en Santiago de Chile, aproveché también para quedar con un amigo mochilero que conocí en enero, Jimmy, y con un amigo suyo, Ricardo. Grandes tipos, que me ofrecieron toda su ayuda, su compañía, sus consejos y sus enseñanzas en torno a la gran ciudad santiaguina.

Y hoy lunes, si no hay problemas de última hora, viajo durante la noche hacia el sur de Chile, pero "sólo" durante 8 horas en bus, porque quiero cruzar a Argentina para seguir mi viaje. No creo que el camino sea tan lindo como el de hace unos días, pero sí más fácil el viajar a dedo. Y una vez cruzada la frontera a disfrutar de las termas de Copahue, y es que, tengo que luchar contra el estrés.