-------------------- El Viajero ----------------

Nacido en Pamplona, capital del viejo Reyno de Navarra. Con 25 años, para algunos muy tarde para algunos muy pronto... decidí varias cosas: Me encontraba inmerso en un estilo de vida que no me satisfacía plenamente, ya que daba igual que tuviera 25 años o que tuviera 50, iba a seguir haciendo lo mismo, y con lo mismo para contar cada día. Así, que empaque la mochila ... y partí un día 6 de octubre de 2005 hacia Buenos Aires, donde empecé algo... que no se cuando acabará. Mi objetivo principal es VIVIR, y a la vez, sentirme vivo. Viajar... una forma de vida. No consiste en llegar a un lugar, sino disfrutar de cada segundo del camino, cada lugar, cada persona, cada grano de tierra, cada atardecer como si fuera el último y el más lindo... Y en eso consiste mi viaje, no llegar a ninguna parte... vivir viajando; al fin y al cabo, VIVIR. Y desde aquel momento, me considero la persona más feliz del mundo, con una riqueza inmaterial que nadie me puede quitar y nadie puede comprar, que no depende de nadie. Como una vez leí, las cosas verdaderamente buenas de la vida, no son cosas ni tienen valor. Aprendo, vivo y disfruto; entonces ¿por qué parar de viajar?
jotikass@gmail.com

viernes, marzo 17, 2006

Viajando por el paraíso hacia Santiago de Chile

Costó salir de Malargüe. Una ruta, la 40, con poco tránsito, debido a que además de no llevar a ningún lugar cercano, es de tierra y muy incómoda para conducir. Quizás por eso, estuve 2 días enteros a un lado de la carretera esperando que alguien me llevara, ya que por no haber no había ni autobuses. Por suerte, en Mendoza hay acequias en todos los lados, y mientras hay agua (con pastillas potabilizadoras) hay vida. Por lo demás, el entorno desolador de la provincia mendocina: arena, arbustos, ...
Finalmente conseguí avanzar y el martes al mediodía me encontré con un dilema. Mi intención era pasar a Santiago de Chile unos días para saludar a una gente de Pamplona, y así de paso comprarme una cámara que buscaba (más barata que en argentina) y renovar la Visa. Y ahí donde estaba había un paso a Chile que no pasaba nadie nadie nadie!! Otra opción era bajar un poco más al sur, y visitar unas termas que están bajo un volcán y luego seguir hacia Chile, arriesgándome a tardar más de lo debido. Finalmente, y tirando a lo seguro, decidí pasar por el paso fronterizo cercano, Paso Pehuenche o Maule. (Sí, Maule como allí!!!).
30 minutos parado en la banquina (arcén)... y pasa un camión. 3 personas en la cabina, imposible. Putz! A los 20 minutos pasa una camioneta (una ranchera), me hacen señas de que no tienen sitio... putz! Pero paran a los 25 metros, y eso? Voy corriendo con la mochila a la espalda y me preguntan si quiero viajar en el cajón. ¿Qué si quiero? Encantado!!! Y luego me preguntan hasta donde voy, y les contesto alegremente: "hasta donde me lleven!". Me dice, pero a donde vas? y le confirmo: "Hasta chile". Muy bien-me dice- a Chile vamos!!. No me lo puedo creer, suerte la mía. Una ruta de tierra, por la que no pasa nadie, y consigo que me lleve un auto que va hasta Chile de seguido... tomaaaaaaaa!!!
Qué decir del viaje. Yo sentado en el cajón de la camioneta, con mi espalda apoyada en la cabina. Y con un paisaje increíblemente lindo que se extendía ante mí. Montañas con las cimas de piedra, algunas cubiertas por nieve. Muchos neveros de los que iba surgiendo agua que acababan en el caudaloso río que caminaba paralelo a la ruta. Animales correteando alrededor e incluso invadiendo la "calzada". Gauchos al galope sobre sus caballos que te saludaban desde el extenso valle típido del modelado glaciar. Un paisaje memorable, y aunque no tenía cámara, no creo que lo olvide facilmente. De película. Me recordaba al que sale en los paquetes o anuncios de Lucky Strike o d eMarlboro, no recuerdo. Pero si os invade la curiosidad buscar en internet Paso Pehuenche o Paso Maule, y vereis que no miento.
Y qué sensación de libertad... a pesar de los papeleos burocráticos inútiles que hay que llevar a cabo en los paso fronterizos. -Profesión? Mochilero me aceptás? NO. Bueno, pues profesor de Educación Física... Para qué discutir? Estado Civil? Soltero? Sí, por muchos años... En fin, respuestas que acaban apuntadas en un papel que acabará sumido en el olvido. Burocracia. Y es que la burocracia no tiene sentido. La aduana argentina está 50 kms antes de la frontera física, y la chilena, 60 después de esta misma. Éntre ellos, campos, animales, humanos (mucho indígenas), ... Y ahí me puse a pensar. Argentina, debido a que encontraron algo de fiebre aftosa en una provincia (corrientes), no puede exportar carne. Pero quien decidió eso, no se da cuenta, que Corrientes está a más de 1000 kms de este lugar, en el que a escasos metros, pastan vacas argentinas y chilenas en total cordialidad. Tan diferentes son? Pues parece que sí, unas tienen la etiqueta de "riesgo de fiebre aftosa" y las otras, son "totalmente aptas para consumo humano". En fin, son las dudosas ventajas de las fronteras.
Seguimos el viaje, y el cruce de la frontera "política" fue mágico. Pasamos de ir en dirección contraria al agua del río, a viajar en su misma dirección. Sensación curiosa... por primera vez, estaba en una vertiente de aguas que va al pacífico. Sí, una boludez, pero me hizo gracia... Y así seguimos viajando, con el corazón en puño debido también a la forma de manejar del conductor, que parece tenía un poco de prisa y no le importaba que a un lado de la ruta estuviera la montaña, y al otro una cornisa de varios metros de altura...
LLegamos al embalse Maule, que aunque en el mapa parece pequeñito, pareció más grande que el de Yesa, y con un agua muy muy azul, que contrastaba con el blanco de las cimas y el verde de los pastos; porque al pasar a Chile, el paisaje cambia. Se abandona la aridez de Mendoza para disfrutar de una vegetación más verde, ayudada por la lluvia que descargan las nubes provenientes del Pacífico al chocar con los Andes, dejando su agua en Chile y pasando a Mendoza secas, sequísimas!!!
Y bueno, entre alegrías y disfrutando de este camino (que repito, era espectacular), llegamos a la aduana chilena. Dificultad para entender lo que me decía el funcionario de turno: yapo, cachai, y demás palabras con las que ya me voy familiarizando... en fin!!
Mis "pilotos" me llevaron a Talca, una localidad importante en esa zona, desde la que al ser las 8.30 decidí viajar en bus a Santiago de Chile. Llamé previamente a Nerea, la prima de una amiga de Pamplona, y que me la presentó una noche trabajando en San Fermines, suficiente como para tener la confianza de llamarle y decirle que en 3 horas estaba en su casa para alojarme unos días. Y es que con la buena gente... no hace falta reservar. Sobra!!!
Me monté en el bus (barato, muy barato), y aproveché para dormir, ya que llevaba varios días sin descansar del todo.
Así llegué a Santiago de Chile, donde me fueron a recibir Nerea, Oscar y Ion, 3 de las 5 personas de Pamplona que todavía siguen estudiando en Santiago de Chile. Una gran acogida. Fuimos a casa, me dieron de cenar unas pechugas de pollo... mmmmmmm, charlamos, y a dormir. Vaya sensación. Dormir en una cama... ya ni lo recordaba!!!!!!!

2 comentarios:

  1. Anónimo6:39 p. m.

    Aupa Jotikas, veo que el viaje va bien, tus comentarios son inreíbles,pero se echan de menos tus fotos. A ver si te compras otra cámara, pero ponle candado, eh? Que toda la gente que te encuentras por ahí no es buena, como has comprobado.
    Sigue haciéndonos viajar contigo.
    Un abrazo, tío. Agur

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  2. ¿Que pasa jotas? Te veo políticamente reivindicativo con el tema de que no haya fronteras y todo eso... je je je.
    Dales caña, estás demostrando que el ser mochilero es una forma de vida.
    Saludos de todo el Ketxo!!

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