Empecé en San Martín de los Andes, donde no estuve mucho tiempo; y es que un día es suficiente para darse cuenta de lo caro que es. Aproveché para disfrutar de las anchas calles, del lago Lácar y sus playas, y sobre todo, a disfrutar de su arquitectura. Casas con la parte baja de de piedra de voladura, más arriba madera, para acabar con tejados angulados para que no se amontone la nieve sobre ellos. Muy lindas todas las casas (o casi todas...). También visité el Museo de los Primeros Pobladores, donde Omar, un gran guía que me explicó la historia de la zona. Los Tehuelches, los Mapuches, ... y la polémica. Si los mapuches son chilenos, y estas tierras eran mapuches,y encima los lagos de acá desembocan en el pacífico por Chile...por qué es Argentina?? Bueno, esa es una de las razones de la fundación de San Martín de los Andes en 1898, el decir los argentinos acá estamos y esto es nuestro, y para más inri, pusieron el nombre del libertador a la ciudad.
Continué hacia el sur, y a 15 kms me encontré con una curiosidad,el arroyo Partido, que es tal que en cierto momento se divide en dos, pasando uno a desembocar al pacífico y la otra rama al atlántico. La verdad, muy raro!!
1.Imagen ya típica, acampando a orillas de un lago. 2. Cascada Vullinanco. 3. Lago Falkner. Cóntinué, pasando por la cascada Vullinanco hasta los lagos Villarino y Falkner, donde acampé. Increíbles paisajes, sobre todo al atardecer. Ahí comprobé que la fobia de los jabalíes continúa, y hasta un gato que pisó unas ramas me hizo levantarme de la fogata sobresaltado. A esto, hay que unirle los caballos comiendo pasto al lado, el ruido de las cercanas vacas bañándose en el lago, y los berridos de los ciervos que retumbaban en todo el valle (además siempre respondía otro ciervo). A esto hay que sumarle un búho que se unió a la fiesta. En fin, que cuando apagué la fogata, rapidito a la carpa y a aislarme del exterior.
Villa Traful y Lago Traful. Al día siguiente, me levanté temprano, rodeado de una densa nieba. Sí, madrugué!! (8:30). Qué frío!! En fín, pasó el bus, y fuí a Villa Traful, una aldea de 300 habitantes a orillas del lago Traful que se define a sí misma como la típica aldea de montaña. El camino para llegar, de ripio, era muy lindo; entre bosques, ondulado y con alguna que otra salida a orilla del lindo lago. Acampé cerca de él, y fui al mirador. Sin palabras, que vista!! Hermosísísísísímo!!!!
Imágenes del Lago Traful. Por el pueblo no hice mucho, a excepción de visitar un par de cascadas y una fábrica de chocolate, a la que le dí buena cuenta. También conocí la "Chaqueta Amarilla", que es como una abeja, pero más grande y carnívora. No pica, te muerde!! y dicen que afecta al sistema respiratorio... lo que me faltaba! Dicen que antes había muchos tábanos, y para contrarrestarlos, trajeron a estos insectos. Desaparecieron los tábanos, pero se quedaron ellos... lo cual me recuerda ese dicho..."es peor el remedio que la enfermedad".
Para cenar, en la fogata, me hice unas tostadas de ajo, recordando tiempos chicos. No me salieron como a mi padre, pero lles dí muuuuy buena cuenta. Acabé,como viene siendo costumbre, disfrutando de un lindo cielo estrellado, atravesado por alguna que otra estrella fugaz y por varios satélites, y es que "el gran hermano vigila". Oí los ciervos. A dormir.
Al día siguiente, continué el recorrido de los Lagos, llegando a Villa La Angostura, aunque es dificil enterrse de cuando uno llega. ¿Por qué? Porque el pueblo es extenso, y la ruta quel o atraviesa va entre bosques, que impiden ver si hay casas o no hasta que llegás al mismísimo centro. un pueblito muy apacible, a orillas del lago... y con mansiones de película. La verdad, muy lindo!!
1.Lago Nahuel Huapi desde Cerro Belvedere. 2. Río Correntoso. Ahí conocí el que dicen que es uno de los ríos más cortos del mundo, el río Correntoso. Hay quien dice que son solo 100 metros, otros dicen 132, y otros que casi 300. No se, pero el puente que lo cruza es más largo que el propio río. Este río une el Lago Correntoso, con el gran Lago Nahuel Huapi, qu ees el último de la ruta de los 7 lagos. (Significa "Isla del Jaguar".
Muchas cosas para ver en Villa La Angostura, y apra recorrer. Cerro Belvedere y sus lindas vistas, la cascada Inacayal (en honor a un cacique Mapuche), el centro histórico, la laguna verde y su entorno, y la Península de Quetrihué, que es lo más importante. Ahí se encuentra el Parque Nacional Arrayanes.
Para llegar, pasás un istmo muy estrecho, que no tendrá más de 40 metros de ancho, pudiendo disfrutar a un lado la bahía mansa y al otro de la bahía brava. Antes de entrar al parque subí a unos miradores, que se tardaba 1 hora y pico... y menos mal, porque esas cuestas luego no las hubiera subido. Valió la pena, ya que la vista era fenomenal de ambas bahías, y el tiempo acompañaba. Mis rodillas... ya se empezaban a quejar.
Luego, tras pagar la correspondiente entrada al Parque de los Arrayanes, abonando mis 3 pesos como estudiante de Derecho de Intercambio, comencé a caminar los 12 kms que hay hasta el bosque en sí mismo. Se podía ir en catamarán (muy caro), o en bici... (que gran idea hubiera sido...), pero no, yo fui caminando.
Bosque Arrayanes. LLegué, cansado pero llegué... tras caminar por un lindo camino entre bosques, alguna lagunita, varias ondulaciones, y alguna que otra vaca que no se apartaba del camino. Y al llegar, pude disfrutar de los arrayanes, con ese lindo color de sus cortezas, que provocan una sensación visual cuanto menos curiosa. Ahí recorrí el circuito, que es sobre unas pasarelas de madera, para evitar pisar el suelo del bosque y dañar el humus del mismo. Y así...llegó el crucial momento. Había que volver... bufff, estaba muerto y 12 kms por delante.
Vamos allá. No podía ni con las tabas, y ahora no era mi maltrecha rodilla izquierda la que me molestaba, sino la derecha. QUizás al sobreproteger en anteriores caminatas mi rodilla izda., había sobrecargado en exceso la derecha; así que cambié la rodillera de lado, el bastón también, y a caminar. Me costó pero llegué, eso sí, a un ritmo... que daba pena. y camino a casa... pasé por una fábrica de chocolate que tenía ofertas, así que me compré 1/2 kg de chocolate. Me lo había ganado, no??
Y así fue, como al día siguiente viajé hasta donde estoy ahora, en Bariloche, capital de la nieve. Pero esos es otra historia...
Buenas campeón!!
ResponderEliminarYa veo que estás utilizando remedios caseros para el mal de rodillas: tostadas de ajo de primero, y chocolate de segundo... ja ja ja. Así ya se puede.
Por cierto, con todos los lugares que describes (y que deben de ser la caña) no puede pasar ni un día más sin que pongas afotos.
venga, ongi pasa ta gutxi gazta
HOLAAAAAAA!!!
ResponderEliminarcREO QUE ESE DIA, ESTUVIMOS CHARLANDO, Y SE EMPACÓ MI COMPU, SE TILDÓ, MAL..... CÓMO LA DUEÑAAAAAA JJAJAJAJA!!!
MENOS MAL, PORQ ESTABAS ESCRIBIENDO, COSAS PRECIOSAS, SABIAS, QUE SOS MI NARRADOR PREFERIDO??
ME ENCANTARÍA, QUE UNA NOCHE DE LUNA, ME CONTARAS UN CUENTO, WOW!!!
JAJJAJA
TE QUERO MOCHILERO DE MI VIDAAAA
Hola Cariño!!!
ResponderEliminarCada vez q leo lo q publicas es como trasportarse al lugar donde estas.... Es q esa narrativa tuya impresiona... Y al igual q muchos espero impasientemente una nueva publicacion... La verdad me agrada mucho que nos hagas participe de tu viaje a traves de tus fotos y narrativa...
Bueno te envio un beso enorme y un abrazo...
Hasta la proxima Viajero!!
Capooo
ResponderEliminar