Una semana por Belgica

Llego el lunes 15 de Octubre y junto a Babi y Celina, mis nuevas compañeras de viaje, salimos en tren de Amsterdam con rumbo Bélgica más concretamente a Brujas-Brugge. Dejé una ciudad que me encantó y en la que lo pasé bárbaro, y en la que ví un anillo de diamantes que costaba 17.000 euros. Sí, está bien la cifra... y eso que estaba rebajado 6.000 euros...

Poco a poco, disfrutando de la posibilidad de la Unión Europea de cambiar de país sin problemas burocráticos y sin cambir de moneda, llegamos a Belgica. País que es la capital oficiosa de la Unión Europea, y donde residen comisiones, y órganos políticos de ésta. Algo un tanto irónico, que el gobierno de la Unión Europea resida en un país que lleva 4 meses sin gobierno. Bélgica se haya en un momento delicado, en el que el país está dividido entre los flamencos (la parte norte y rica del país), y la parte "afrancesada"; quedando Bruselas como un nucleo en el que todo se mezcla. Es por esto que en el norte del país, prefieren que si no les puedes hablar en flamenco, no les hables francés, sino que les hables inglés... o incluso castellano. ¿Quién dijo que viajar por Europa sin idiomas es difícil? Me llevé gratas sorpresas al ver que durante mi semana en Bélgica, no tuve que utilizar ni una palabra en francés.... y muy pocas en inglés; ya que la mayoría de la gente sabía castellano. Yujuuuuuuuuuuuuu!!!!

Pero Bélgica es algo más que política. Es el país del chocolate... muy rico, lo reconozco. Es el país de la cerveza... con más de 800 marcas diferentes de cervezas, para todos los sabores y colores, desde sabor a cereza hasta amargas de 13º. Es el país en el que más diamantes se tallan, concretamente en Amberes, donde se dice que se tallan el 80% de los diamantes del mundo, ... Es el país de los comics, donde han salido personajes tan famosos como Tintín, Asterix y Obelix, ...Pero es mucho más.

Llegamos a Brujas-Brugges, y tras alojarnos, fuimos a dar un paseo por el pueblo (o es ciudad??). Digo esto de pueblo-ciudad, porque en teoría es una ciudad, pero su centro urbano, tan acogedor, tan tranquilo, tan "muerto", parece el de un pueblo. Teníamos intención de estar solo una noche, pero el embrujo (y nunca mejor dicho si el lugar se llama Brujas) de esta ciudad nos atrapó y decidimos quedarnos 2 noches. El pasear por sus calles con lindas edificaciones, ver su ayuntamiento (Stadhuis), su campanario (Belfort) de 85 metros, sus plazas (la del Markt y la del Burg), el cruzar sus canales, ... esa tranquilidad en un pueblo que parece que está puesto para el turista. Un lugar que en verano abarrotan miles de turistas, pero que un lunes de octubre es paradisiaco, hermoso.

Y buscando un poco más de vida, nos alejamos un poco del centro de Brujas. Así llegamos a ver los molinos que rodean el centro histórico, así como sus canales más grandes, por los que circulan grandes barcos que obligan a que sus puentes sean levadizos para poder pasar. Así lo podemos disfrutar y ver un gran barco navegar por ahí... De echo, Brujas fue un importante puerto de la Europa Occidental en la edad media.

Pero aun queríamos más vida, así que fuimos a Bruselas-Bruxelles, donde me separé de mis compañeras de viaje (al menos momentaneamente). La razón era que yo me iba a alojar en casas de Thierry, un francés que vivía con otras 4 personas en una casa de Bruselas, en la que esos días alojaban a un grupo de rock japonés y sus amigos... en total eramos los 5 dueños, 17 japoneses... y yo!!!! Buen popurri!!!

Y la primera imagen de Bruselas que se me marcó fue la de bienvenido a la realidad. Quizás el viaje había sido demasiado lindo, seguro e ideal por tierras alemanas, holandesas y por Brujas. Acá, uno sentía un poco más de inseguridad, más gente tirada por las calles, más borrachos,... incluso algunas peleas callejeras. Y aparte de todo esto, ocurrió algo que por lo que dicen, suele ocurrir muuuuy a menudo en Bruselas. LLovía. Pero bueno, había que conocer la ciudad.

Fuimos a la Grand Place-Grote Markt, centro de la ciudad, y considerada por muchos como la plaza más expléndida del mundo. Ahí hay grandes edicifios, como el ayuntamiento con su altísima torre, la Maison du Roi, y sus casas de los Gremios. Es algo que se repite por toda Bélgica, y son los homenajes a los Gremios. Normalmente construcciones de hace 2 siglos, enl as que se hace referencia a las diferentes profesiones que existían entonces. Es algo para admirar, ya que son los auténticos artífices de la sociedad, y mejor un homenaje a un trabajador que no a un rey...

Aparte de esta plaza, que repito, es INCREIBLE, MAGNIFICA, ...estuvimos paseando por Bruselas, viendo el edificio de la Bolsa, diferentes iglesias, su catedral, sus palacios (como el Palacio Royal), ... y también visitamos a su ciudadano más antiguo: Manneken-Pis (1619). Uno espera encontrar una gran escultura tamaño real... y eso encuentra. Una escultura tamaño real, pero no grande, ya que en realidad es una fuente, en la que en su parte alta hay un niño meano. Es tal la afición por este ciudadano que en los días importantes se le pone un traje especial para la ocasión, acumulando así ya más de 500: desde el traje de torero, al del equipo del Barcelona, ... en fin. Y que mejor para acabar el día que comerse un buen waffle???? Pues eso, ahí fuimos... a por el waffle!!!!

Pero eso fue durante, el día, durante la noche.... con mis compañeros de alojamiento, fuimos a degustar las cervezas del bar de la esquina.

Al día siguiente, ya solo de verdad, fui a visitar "la zona europea", sus diferentes edificios de comisionados,... para acabar en el parque del Cincuentenario y su gran arco de entrada que corona toda la avenida principal. Tenía la opción de ir a visitar el Atomium, símbolo de Bélgica, pero... es caro, y los que han estado no lo han recomendado precisamente... si no todo lo contrario, así que estuve por ahí. Y tras pasar la tarde relajado, mateando por el parque, me fui a un concierto de uno de mis anfitriones en una casa okupa. Pero ... esta casa okupa, era especial, ya que llevaba apenas unos pocos meses, y esta situada en lo que antes era... UN MINISTERIO. Bárbaro, por lo menos ahora tiene una buena utilidad. Cuando fuí, había una proyección de unos documentales, y luego el concierto, con cena.... y bueno, bárbaro.

Llegó el Viernes y me fui a Gante-Gent, donde quería ir a un concierto de tango electrónico a cargo de Bajo Fondo Tango Club, ya que celebran el Festival de cine de Gante, y este año el país invitado era Argentina. Sin embargo, no se en que día vivo... y pensaba que el concierto era el viernes, pero no, fué el jueves... en fin, estas cosas pasan cuando uno no lleva reloj. Así que me dediqué a visitar Gante. Una ciudad hermosa, del estilo de Brujas, con sus bellos edificios, sus castillos como el de Gravensteen o el del Diablo, con sus bellos edificios como el de su ayuntamiento, y con sus altas torres de las diversas iglesias. Con sus canales, puentes... y lo que le diferencia de Brujas: con su gente. Gante tiene vida, mientras que Brujas parece un lugar fantasma, Gante tiene vida... y muuucha. Mucha gente joven, muchos lugares de fiesta, muchos comercios,... no solo es turismo.

Con un donostiarra que conocí en Gante, el sábado fuimos a conocer Amberes-Antwerpen, ciudad que no tiene mucho aparte de sus tiendas de diamantes, que son realmente maravillosas, y aunque no vayas con intención de comprar (que no es por dinero, eh???!!!!), merece la pena dejarse fascinar por el brillo de esas piedritas. Amberes también es conocido, por su hijo adoptivo el artista Petrus Paulus Rubens. Anduvimos paseando por la ciudad, viendo sus mansiones, viendo su castillo (Steen), pero tampoco tenía mucho más, así que aprovechando las horas de luz, me fui en tren a concoer Lovaina-Leuven, sede de la universidad más antigua de Bélgica. Lugar tranquilo, aunque con ajetreo, sobre todo gente joven. Me pasé la tarde paseando, disfrutando de su hermosísimo ayuntamiento (parece que esto es algo común en Bélgica), e internándome en su Begijnhof, un antiguo monasterio de mujeres (no monjas, sino viudas o solteras que se dedicaban a ayudar a la comunidad) declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que está rehabilitado como Colegio Mayor de Estudiantes.

Y anocheció, y volví a Bruselas, donde si todo iba bien, esa misma noche subiría al autobús que me llevaría durante el trayecto nocturno a Berlín, capital de Alemania. Y si todo iba bien de verdad, en él me encontraría con Cristina, una amiga de Pamplona que venía en él desde Londres con el mismo destino que yo, BERLÍN.