Regreso, día 1.
Me desperté a las 2 de la mañana, y Benedicto (mi anfitrión) me llevó en moto por un pueblo a oscuras (no hay luz a estas horas), iluminado por las estrellas, y ambientado con el croar de las miles de ranas. Llegué al muelle, y los 15 minutos de espera a un pasajero los dediqué a matar miles de moskitos sedientos de mi sangre azul (buaaaaahhh).
Comenzó la odisea... 4 horas de lancha, sentado sobre una tabla, atravesando lagunas y canales, en los que pude dormir un poquito. Llegamos a Batalla hacia las 5.40 de la mañana, e inmediatamente me subí a una pick-up, con la que volveríamos a viajar sobre la playa, alternando arena y agua, cruzando desembocaduras de ríos con el agua cubriendo los neumáticos, ... para así a las 9.50 llegar a Tocoa, donde a las 10, salía un autobús con mi destino.
Ya me estaba quedando con el culo plano, de tanto estar sentado, pero no había nada que quisiera volver a visitar por estas zonas, así que me subí inmediatamente a este autobús. Salimos a las 10, y a las 15.45 ya estaba en San Pedro Sula. Un rico licuado para recuperar energías y refrescarme, y de nuevo, subirme a un microbus, rumbo a Puerto Cortés. 40 minutos de viaje, bajarme en un cruce, y 5 minutos más tarde pasó un Chicken Bus que me acercaría en otros 40 minutos a mi destino para dormir esa noche, Omoa, a donde llegué con los últimos rayos de sol. Ducha fría, montar mi hamaca entre dos árboles, cenar... y a dormir. Tanto trajetreo me habían dejado el culo y la espalda destrozados. Así acabó el día 1 del viaje de regreso.
Regreso, día 2.
Me levanté como a las 7. Había oido que había una lancha que iba de Puerto Cortés a Belize City por 50 dólares los martes. LLamaba por teléfono pero nadie contestaba, así que decidí volver a Puerto Cortés y preguntar in situ. Era un precio caro, pero con lo que me iba a gastar en dormir, comer, y pasos fronterizos para hacer el mismo recorrido, me salía más barata la lancha (aun viajando de jalón por tierra). Y ahí fuí.
Pero resulta que ya no viajan los martes, solo los lunes, así que... ok, tocaba volver a darme una paliza viajando por tierra. Bus de 2-3 horas hasta la frontera entre Honduras y Guatemala. Papeleos, charlita preventiva sobre la gripe porcina, y a un microbús que en una hora me dejó en Puerto Barrios. De nuevo, pagar en la frontera 8 dólares, papeleos, y subirme a una lancha, que en 2 horas me dejó en Punta Gorda, al sur de Belize.
Belize, ya sabía yo que era fácil viajar de jalón, así que junto con un chileno y una finlandesa empezamos a viajar hacia el norte de jalón. Pero el último auto nos dejó en un mal sitio: una recta, sin túmulo, donde los autos pasaban rápido y sin ganas de levantar a 3 turistas. Así que a una hora prudencial, decidí que me salía mejor subirme a un bus y dormir en Belize City, que intentar llegar hasta ahí de jalón. Me subí en el siguiente bus, y tras 5 horas, llegué a la antigua capital de Belize. Ahí, dormí y descansé. Los siguientes días ya serían más relajados.
Belize, esa ciudad que era capital de Belize pero que por los continuos huracanes y desastres decidieron trasladarla a Belmopan (actual capital). Así, Belize City quedó como una ciudad en parte fantasma. Y esa impresión da (excepto en la parte norte, más desarrollada para el turismo). La parte sur, con calles "prohibidas" en horario nocturno, con casas semiderruidas que uno no sabe si las están reconstruyendo, destruyendo o si simplemente están dejadas de la mano de Dios. Todo esto alternado con lindos edificios públicos muy cuidados, con un estilo diferente al de los países vecinos, quizás por la influencia inglesa (como curiosidad, hasta los 60, también conducían los autos por el lado izquierdo, al estilo inglés, pero tras un huracán que destrozó la mayoría del parque automovilístico, fué más barato comprar autos de la derecha que del estilo inglés).
Y uno de los puntos curiosos, el puente giratorio. La ciudad, atravesada por un río, tiene varios puentes que lo cortan. El primero de ellos, para permitir el paso de embarcaciones, NO se levanta, sino que se gira... manualmente. No lo pude ver porque lo hacen a las 5.30 am y 5.30 pm, pero creo que debe ser curioso el tema.
Y me fuí, a Caye Caulker, ese cayo paradisíaco... Playas blancas, casas de madera, calles de arena ... y carritos de golf. Si, ese es el transporte motorizado. O eso, o bicis o caminar descalzo. Todo el mundo descalzo, incluso en los hoteles está prohibido ir con calzado. Y bueno, ahí estuve un par de noches, bañándome hasta la noche, viendo el atardecer desde el mar junto a un bar, tomando cerveza dentro del agua... y haciendo una excursión que tenía ganas.
Si alguien ve un folleto turístico de Belize, le sale la foto típica: el Blue Hole. Una antigua caverna, de la cual el techo colapsó, y lo que ha dejado es un círculo perfecto bajo el mar, en el cual, bajando 40 metros se ven las estalactitas y estalagmitas y columnas. Y yo, con mis apenas 7 buceos me metí ahí, a bucear 40 metros... y con tiburones, que suponen el otro atractivo de la inmersión. Impresionado por la majestuosidad de los tiburones. Hicimos otro par de inmersiones en otros lugares hermosos cerca de ahí, viendo estrellas de mar y tortugas enormes. Paramos en una isla llamada HalfMoon Caye, viendo "Cangrejos ermitaños", Iguanas enormes, ... En fin, viviendo muy estresado entre tanta naturaleza.
Pero todo lo bueno se acaba, y el dinero también. Así que necesitaba irme a México, país más barato y próximo a mi vuelo de vuelta. Crucé la frontera, y nuevamente pagar el impuesto fronterizo... terrible varapalo. 18 dólares para dejar Belize!!!!! En México, no tuve que pagar pero me dieron un papelito que debía pagar 20 dólares al banco antes de salir al país, en donde teóricamente me pedirían este papel (nadie me lo pidió en el aeropuerto, y por supuesto, no lo había pagado).
Y así estuve, un par de días en Tulum, haciendo snorkel en la playa y viendo un tiburón pequeñito aprovechando que el mar estaba movido para acercarse un poco más a la orilla; y luego otro día, buceando entre cenotes, esas cuevas con agua que hay bajo la península del Yucatán.
Otro día en Playa del Carmen, para comprar recuerdos y ver que la mala publicidad (y FALSA) echa sobre la Gripe Porcina, ha dejado casi vacíos estos destinos turísticos. Me fuí al aeropuerto, y por 150 euros, acabé en Bruselas, donde tras pasar unas horas, y 40 euros más, acabé en Barcelona, justo en el mismo momento en el que el F.C. Barcelona ganaba la Champions League, lo que dejó colapsada la ciudad, y a mi caminando por el centro de la ciudad con mi mochilón buscando a mi amigo.
Me parece excelente tu comentario sobre lugares así, también, les recomiendo mucho que conozcan las bellas playas de Cancún, son de un azul impresionante!
ResponderEliminarMe gustaron tus documentales, platicas muy bien sobre cada sitio turístico, acabo de ver también otro sitio que me pareció muy entretenido, se los comparto http://tiempocompartido.wordpress.com/
ResponderEliminarMe gusta Barcelona, y como ahora tengo mi membresía de Royal Holiday he podido disfrutar de los beneficios de ser socio y puedo viajar por todos lados y conocer ciudades hermosas.
ResponderEliminarMe parece interesante tu viaje, pero habiendo tantas comodidades para viajar, por que aventarse a vivir así, yo conozco también lo que es tener una membresía con Royal Holiday y creeme yo no la cambio por nada.
ResponderEliminarPara mi viajar, es ampliar mis horizontes y conocer otras culturas, es algo que te queda grabado, más que un libro, pore so me gusto entrar a este tipo de páginas a ver nuevas ideas o algunos tips de viaje. Por cierto acabo de ver otra que me gusto mucho, se las comparto, es http://tiempocompartido.wordpress.com/
ResponderEliminarBuceaste en Blue Holeeee... :-O envidia que me das y mucha, espero poder hacer lo mismo dentro de no mucho. Un saludo desde Estambul
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