El mes de agosto iba pasando, con toda la multitud de turistas que habían invadido Edimburgo por sus famosos festivales. Y yo, mientras, trabajando e intentando disfrutar de los festivales cuando podía, yendo a algunos conciertos, viendo magos y malabaristas en la calle… Me quede con pena de no atender al Military Tattoo Festival, pero bueno, siempre es una buena excusa para venir acá el año que viene.
Y mientras el trabajo en el hotel seguía sin mucha novedad (excepto por todos los turistas, obvio) mi trabajo con Graeme tenia días muy buenos, visitando lugares bonitos e interesantes (como el puente del río Forth, construído en el siglo XIX y todo un emblema y símbolo de Escocia; o en contrando campos de golf en cualquier lugar), y disfrutando de nuestra típica taza de café tras el trabajo. Viendo cosas que solo pueden ocurrir con el orden británico, me encontré un cruce de 5 calles, uno de los más transitados de la ciudad (Tollcross) en el que los semáforos no funcionaban. Pues bien, no había ningún policía dirigiendo el tráfico (nunca los veo), pero todo el mundo respetaba las lineas amarillas en el suelo para no obstruir el paso… ni un bocinazo… increíble. Me pasé 10 minutos disfrutando del espectáculo. Es fácil imaginar el quilombo, insultos y bocinas que hubiera habido en Argentina o España…Pero en fin, necesitaba salir de viaje… así que junte varios días libres que tenía en mis trabajos y decidí irme al norte, a la muy turística isla de Skye.
Fue todo perfecto, porque justo 3 amigos que habían estado viviendo en Edimburgo muchos meses, estaban viajando por Escocia en coche, y esos dias iban a visitar justamente la isla de Skye, así que todo encajaba a la perfección. No había excusa para no ir, además ni tenia que hacer dedo ni pensar en el desplazamiento o trayecto a seguir, todo estaba decidido.
Salí de trabajar un miércoles a las 7 de la mañana, y para las 7 y media ya estaba subido en un tren con destino a Fort William, en donde me juntaría con mis amigos que bajaban de escalar la montaña más alta del Reino Unido, el Ben Navis (1400 msnm mas o menos), que yo la intenté escalar en enero, pero con tanta nieve no fue posible… Así como tampoco fue posible dormir en el tren, quizás las ganas de recorrer esa isla y visitar sus paisajes eran algo demasiado excitante…
No me voy a liar explicando lo que visitamos, y los nombres y todo eso… solo decir, que los paisajes eran increíbles, aunque quizás demasiado turistizada durante el mes de agosto. Me gustaría visitarla en “temporada baja”, seguro que no hay ni la décima parte de la gente que había, y no me refiero a turistas, si no a gente en los pueblos…
Visitamos lo primero uno de los iconos mas conocidos de las Highlands Escocesas, el castillo de Eilean Donan, construido en un pedrusco sobre el lago Duich al que se llega por un puente… Hermoso, sobre todo con la marea alta. Es también conocido porque ahí se rodó la película Highlanders (en español, Los Inmortales). Fotos de rigor, por supuesto.
Ya en la propia isla de Skye, visitamos también otro castillo, el Dunvegan Castle, bajo un cielo azul que yo ya no recordaba en Escocia. Es la sede de los MacLeod. Y entre espadas, banderas, recuerdos familiares y tal y cual… esta el Rory Mor’s Drinking horn, que es una vasija celta en la que entran 2,5 litros. La tradición familiar hace que se llene de vino esta vasija y sea bebida por el jefe del clan “sin sentarse ni caerse”. El actual jefe del clan, lo hizo en 1956 en 1 min y 57 segundos… Con lo buen tipo que parece en la foto… jaja.
Más cosas interesantes en la isla son sus montañas. Los famosos Montes Cuillin, denominados como la cadena mas espectacular de montañas de Gran Bretaña, entre muchos otros lugares no tan complicados para hacer senderismo, lo convierten un paraíso para perderse caminando. Hicimos alguna caminata, pero no muy larga, ya que no había mucho tiempo. Pero entre ellas visitamos un pedrusquito de 50 metros de altura, que se llama Old Man of Store, y que parecía un Menhir de los de Asterix y Obelix. Disfrutamos de las vistas… y para abajo.
Y entre lo más bonito de la isla, dos cosas, Kilt Rock y Neist Point. El primero, Kilt Rock, es un acantilado, en el que los pliegues hicieron a alguien recordar a un kilt escocés (me pregunto cuantos whiskys habría bebido antes de imaginar eso), pero lo mas bonito es ver como la cascada de agua cae sobre el mar… No es el único lugar en el que se puede ver esto dentro de Skye, ya que hay acantilados por todos los lados!!!!
El Neist Point es un faro que se encuentra al oeste de la isla y desde el cual se pueden ver las siguientes islas británicas, las Hebridas Exteriores (como dato curioso, los aviones a una parte de esta isla aterrizan en la playa, así que el horario de los vuelos depende de cuando la marea es baja…). El faro no es que sea nada del otro mundo, pero el acantilado, y el monte que esta al lado… le dan el toque especial, lo que pasa que por vagancia no subimos a la siguiente montaña desde donde están tomadas las fotos que luego se ven en las postales, así que me compre la postal…y contento!!
Y no podía acabar sin poner la vaca con uno de los animales típicos de las Highlands, llamada la Highland Cow. O sin poner la foto con la típica cabina roja…
Así fue como pase mis cuatro días, ya que la ultima noche, dormimos en la sala de espera de la estación de tren de un pueblo. En realidad no era una sala de espera, era una casita recién construida y bastante confortable, así que la ocupamos y tras 3 noches acampando en el medio de la nada, esta fue una noche mas calentita que las otras. Hicimos una barbacoa, nos fuimos al bar del pueblo a ver un concierto y tomar unas pintas, y a dormir. Al día siguiente pille mi tren para Edimburgo… en el que ya dormí un poquito. Llegue a casa, dormir un par de horas, siesta, y a trabajar. Ya dormiré mañana!!!
-------------------- El Viajero ----------------
Nacido en Pamplona, capital del viejo Reyno de Navarra. Con 25 años, para algunos muy tarde para algunos muy pronto... decidí varias cosas: Me encontraba inmerso en un estilo de vida que no me satisfacía plenamente, ya que daba igual que tuviera 25 años o que tuviera 50, iba a seguir haciendo lo mismo, y con lo mismo para contar cada día. Así, que empaque la mochila ... y partí un día 6 de octubre de 2005 hacia Buenos Aires, donde empecé algo... que no se cuando acabará. Mi objetivo principal es VIVIR, y a la vez, sentirme vivo. Viajar... una forma de vida. No consiste en llegar a un lugar, sino disfrutar de cada segundo del camino, cada lugar, cada persona, cada grano de tierra, cada atardecer como si fuera el último y el más lindo... Y en eso consiste mi viaje, no llegar a ninguna parte... vivir viajando; al fin y al cabo, VIVIR. Y desde aquel momento, me considero la persona más feliz del mundo, con una riqueza inmaterial que nadie me puede quitar y nadie puede comprar, que no depende de nadie. Como una vez leí, las cosas verdaderamente buenas de la vida, no son cosas ni tienen valor. Aprendo, vivo y disfruto; entonces ¿por qué parar de viajar?
jotikass@gmail.com
domingo, octubre 05, 2008
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Lo tuyo es un no parar!!! Haces bien!!! Estuvieron por aquí Aldaz y Lucia (qué majos que son!!!) y les enseñé también nuestras costas, que poco pueden envidiar a las escocesas, jeje. Bueno, que aunque no escriba nunca, sigo tus aventuras por aquí. Muchos bikiños
ResponderEliminarKrys
EY JOTAS!
ResponderEliminarUN ABRAZO LOCO!
SI ESTUVIERAS POR ESTOS PAGOS TE VENIAS A LA FIESTA EN LA PLAYA QUE ORGANIZE PAL CUMPLEAÑOS!!
SALUDOS LOCO!!
HER.