-------------------- El Viajero ----------------

Nacido en Pamplona, capital del viejo Reyno de Navarra. Con 25 años, para algunos muy tarde para algunos muy pronto... decidí varias cosas: Me encontraba inmerso en un estilo de vida que no me satisfacía plenamente, ya que daba igual que tuviera 25 años o que tuviera 50, iba a seguir haciendo lo mismo, y con lo mismo para contar cada día. Así, que empaque la mochila ... y partí un día 6 de octubre de 2005 hacia Buenos Aires, donde empecé algo... que no se cuando acabará. Mi objetivo principal es VIVIR, y a la vez, sentirme vivo. Viajar... una forma de vida. No consiste en llegar a un lugar, sino disfrutar de cada segundo del camino, cada lugar, cada persona, cada grano de tierra, cada atardecer como si fuera el último y el más lindo... Y en eso consiste mi viaje, no llegar a ninguna parte... vivir viajando; al fin y al cabo, VIVIR. Y desde aquel momento, me considero la persona más feliz del mundo, con una riqueza inmaterial que nadie me puede quitar y nadie puede comprar, que no depende de nadie. Como una vez leí, las cosas verdaderamente buenas de la vida, no son cosas ni tienen valor. Aprendo, vivo y disfruto; entonces ¿por qué parar de viajar?
jotikass@gmail.com

sábado, febrero 21, 2009

Costa del Pacífico

Acapulco, una ciudad de la que había oido hablar mucho antes de llegar a México. Antiguo centro turístico de México, ya que miles de gringos la suelen/solían ocupar por sus playas y su vida nocturna. La verdad, me decepcionó. La bahía es hermosa, pero el agua, aunque cálida no me pareció como para bañarse... aunque confieso, que eran las 9 de la noche y con el calor que tenía ahí me metí. Y tras eso, me fuí a ver lo típico de Acapulco, que son sus clavadistas. Unos locos que saltan desde un acantilado cada hora o dos horas, para deleite de los turistas. A la noche, el último, lo hace con unas antorchas. Sin más.

Salí a la ruta, en uno de esos autobuses urbanos que llevan tantos decoraciones que uno no sabe como el conductor consigue ver la ruta, y conseguí viajar rápidamente con un camionero que me dio una charla animada durante las 5 horas que transcurrió el viaje. Por una carretera estrecha, por pueblito pequeños con sus típicos restaurantes en palapas... Y cuando él no seguía, ni 2 minutos, y ya me llevaba una camioneta que se tenía que meter a visitar unos pueblitos separados de mi ruta, pero que si no me importaba... por supuesto, no. Y cuando me bajé, nuevamente, ni 2 minutos y paró un auto... con dos españoles. Con lo difícil que es viajar a dedo en España, y sin embargo, no es la primera vez que me levantan españoles en otros países. Con ellos ya llegué a mi destino, Puerto Escondido.

Puerto Escondido, con su playa y su vida nocturna, tampoco tiene mucho más. Y yo, pensaba estar una noche, pero caminando hacia el Hostel, encontré un hotel con el mismo precio y que tenía piscina y jacuzzi. Como os imaginais, ahí me quedé, en una habitación privada con ventilador, televisión... todo bien. Y como hacía tantísimo calor a pesar de ser las 8 de la tarde, directo al Jacuzzi. Y ahí me quedé, sobre las burbujas, viendo las estrellas, con una cerveza en la mano,... hasta que me dormí flotando en el paraíso. A las 10 de la noche, me despertó la dueña del hotel porque tenían que apagar las burbujas. Del susto que me dió casi me ahogo, pero bueno, así me fui a cenar y de fiesta. Al día siguiente, ni que decir que fué un día de relax, playa, atardeceres, tortugas en la playa, piscina, ... y jacuzzi, por supuesto.

Siguiente parada, sin mucho problema para viajar, fué Mazuntle, porque así lo quiso el destino; ahí descubrí que había un centro de cuidado de tortugas, así que a visitarlo, para luego seguir camino a Zipollite.

Zipolite, me lo habían recomendado, que era barato, buena onda... y la verdad tiene su punto. Yo a veces soy medio hippie, pero este pueblo era excesivamente hippie. Las casas dan la impresión de que se van a derruir cualquier día, la gente va sin prisa, un olor a mota (marihuana) por todos los lados, y además, la única playa "legal" para el nudismo de méxico. Así, que una imagen "normal" del pueblo podía ser un tipo tumbado en una hamaca, fumando marihuana y bebiendo cerveza, escuchando bob marley mientras un tipo hace footing desnudo por la arena. Por no hablar de la cantidad de gringos que habitan el lugar... hippies de los auténticos. Y claro, a la noche, que iba a haber?? Pues fogata en la playa. Pero ya me cansé y me fuí a dormir a mi hamaca. Una hamaca, colgada al lado de la playa, de la que me levanté un par de veces en la noche a bañarme por el calor que hacía. Eso sí, las fotos del atardecer desde mi "cama"... son buenas, eh?

En fin, que me cansé de tanta tranquilidad y decidí ir al a capital de la región a Oaxaca, y todo iba bien y rápido hasta que llegué a Pochutla, principal pueblo de la zona. Ahí me quedé varado todo el día. La razón es que había un paro nacional para protestar por el precio del carburante y habían cortado todas las carreteras... hasta la noche. Pues nada. A disfrutar del pueblo y su mercado que ocupaba todas las calles del centro. Era increíble la cantidad de puestos... y de pájaros al atardecer haciendo ruido ensordecedor. A la noche por fin, pude viajar en autobús a Oaxaca.

Oaxaca, es la capital de una región en la que hay gran riqueza cultural, ya que todavía sobreviven muchos grupos étnicos, con sus respectivos idiomas y costumbres, lo que da colorido e interés al lugar, aparte de un gran movimiento de mercados de todo tipo. Además, Oaxaca se hizo "famosa" en el 2006 cuando hubo una fuerte y larga lucha provocada por los maestros exigiendo mejoras en diferentes ámbitos y que acabo en un conato de comienzo de revolución, pero que finalmente (tras muchos muertos y desaparecidos) fue apaciguada por el ejército, aunque la llama parece seguir encendida.

Como digo, gran variedad cultural y étnica en Oaxaca, que se ve reflejada también en la gastronomía. Ahí están sus famosos chapulines (saltamontes, como en la foto), sus gusanos de maguey (mmmmm), sus escamoles (larvas de hormiga), ... Sobre los chapulines (que algunos pudieron disfrutar ese video mio comiendomelos), os explico como los hacen. Los meten primero en agua a 95 grados, o sea, recién hervida, pero sin hervir, y ahí están buen rato "limpiándose", luego los tuestan, los fríen... les echan limón, sal, y chile. Por supuesto, te aseguran que con todo ese proceso ya está totalmente desinfectado el alimento, pero... las patitas se siguen sintiendo cuando baja por el interior de tu garganta!!! mmmm!!

Visité el Monte Alban, uno de los restos arqueológicos importantes de la zona, con sus casas-palacios-pirámides, sus jardines, sus tumbas con sus joyas...

Y otro lugar interesante, es Hierve el Agua, aunque está ahí perdido en las montañas y parecía que nunca llegaba. Son como una (o unas, aunque... en fin) poza de agua, creada por el sedimento del agua. El agua sale de la tierra brotando y creando burbujas, por lo que se le dice que hierve, aunque está más bien fresquita (pero se agradece). Ese agua, lleva mucho sulfuro (creo recordar), por lo que había creado como balconadas en las que se acumulaba el agua, o cascadas petrificadas... El lugar es hermoso, y meterse en el agua, con esas vistas... impagable. Además, pocas veces si disfruta de un sitio tan turístico sin gringos gritando por todos los lados.

Y poco más... solo que me puse a "trabajar". Alguien oyó eso de que estaba trabajando, y se asustó! En realidad fué que cuando ví las montañas de la región, y su aire, pensé que era buen lugar para volar en parapente, busqué y encontré quien lo hacía, pero lo iban a hacer el fin de semana. Quedaba 3 días... Llegué al hostel, y el dueño me preguntó si me podría quedar unos días más, cuidando el hostel 3 horas a la mañana, a cambio de dormir gratis. Y acepté. Y bueno, así fueron pasando los días, aunque practicamente, las únicas 3 horas que dormía era las que trabajaba, ya que conocí parte de la vida nocturna y bla bla bla...

Para acabar... dos joyitas!!!

1 comentario:

  1. Anónimo8:57 p. m.

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