Chichicastenango, es famoso por su mercado, de gran importancia y afluencia ya que se encuentra prácticamente en el centro del país y en el cruce de importantes rutas. Ahí fuímos, como dije en el anterior post con una facilidad preocupante al viajar a dedo. El mercado, ocupa todo el pueblo. No es una plaza o una calle, no, es todo el pueblo; con puestos en los que puedes encontrar desde alimentos, a semillas, a ropas, a máscaras, ... todo. En gran parte dedicado al turismo, pero también con gran utilidad para el habitante local. El olor a copal que emanaba de la iglesia, en la que se conjugan ritos "cristianos" con los antiguos ritos "mayas"; y en la que una vez que entré, me enteré que hay que entrar por la puerta lateral, ya que la frontal se dedica para la entrada de personalidades.
Aparte del mercado, subí a visitar Pascual Abaj, una piedra milenaria sagrada para la gente del lugar, en la que todavía humeaban algunas velas que alguien había dejado, así como como los cigarros yo tras ofrendas que habían echo. Algunos perros se dedicaban a relamer todo aquello que les interesaba. Volví al pueblo, y ya estaban comenzando a desmontar el mercado. Gente acarreando mochilas imposibles, con gran peso, y desmontando puestos de ventas con gran trabajo. No hice mucho, más que comer y dormir, antes de levantarme al día siguiente para ver como era el pueblo "sin el mercado".
Sin embargo al día siguiente todavía seguían muchos puestos, parece que es mercado eterno. Y entonces descubrí por qué había tantas abejas al día siguiente. Unas botellas de whisky y vodka, que se vendían en la calle, resultaron ser de miel pura recién recolectada. De echo ví incluso niños que jugaban con paneles a los que sacaban la miel. Deliciosa....
Y llegó el momento de seguir camino, esta vez sin mi compañero Ron, que iba a visitar la zona de Quiché. Yo iba a ir de vuelta hacia Xela para llegar a San Marcos. Salí a la ruta, y pensé que mi buena suerte se había acabado, ya que llevaba más de 10 minutos sin que me parara ningún auto. Pero en ese momento, paró un auto con 4 personas que me llevaban hacia Xela. No era lo más cómodo, pero ya quería viajar. Fue entretenido, gente amena, inteligente, pero que creo que también pertenecían a algún grupo religioso ya que todo lo acababan con la palabra "por que Dios lo quiere así", o "Dios va guiando tu camino", ...
El tema es que mi destino no iba a ser Xela, sino un pueblito anterior llamado San Andres Xecul, un lugar del que había oído cantidad de comentarios sobre su iglesia. Lo mejor de todo, y que me volvió a demostrar mi suerte viajando a dedo, es que esta familia iba directamente a este pequeño pueblo a visitar a sus familiares, por lo que me ahorraría el trasbordo y pérdida de tiempo y dinero, INCREIBLE. La iglesia, como podeis ver en la foto... única. Parece ser que el que la pintó estaba bajo la influencia de los dioses en forma de drogas-alcohol. Y no solo pintó uno, sino que 3 cuadras más arriba hay otra del mismo estilo. Y no solo por fuera; por dentro, hay unas luces en las que pone "Dios ilumina tu camino" con luces de neón, las cuales también rodean la escultura de Jesucristo. En fin... mereció la pena la visita.
Seguí camino, ahora ya en Chicken Bus hasta San Marcos, desde donde comenzaría al día siguiente mi ascensión al volcán Tajumulco, que con sus 4200 y pico metros, es el monte más alto de Centro América. Me levanté a las 4.30, como un campeón, para subirme a un autobús que me dejaría en donde comienza el camino tras una hora de camino y unos 5 quetzales de precio (0,5 euros). Había niebla, y en internet había visto que no venía muy buen tiempo, pero bueno... o hoy o nunca (lo cual, dicho sea de paso, es la peor razón para escalar una montaña). Pero confiaba en que arriba estuviera claro, tal y como decían la gente del lugar, y empecé a caminar entre la niebla siguiendo el camino.
Había leído en internet y en otros lugares, que se demora 5 horas en subir y 3 en bajar. De echo, encontré un comentario en una web de un chico que decía que el camino era difícil de seguir, y que subiendo rápido y acortando se había demorado 3horas y media. Por esas razones, llevaba bien de alimeno. Pero al poco de empezar, me encontré al igual que en el volcán Agua, con gente de las comunidades cercanas o de agrupaciones religiosas, que subían el volcán con sus sandalias o con sus hijos a la espalda... y yo con mi mochila llena de comida. Me habría equivocado de camino??
Pues la respuesta es que no se qué hicieron esa gente para que les costase tanto, pero yo con mi estado físico sin más, y parando al final muchísimo debido a la falta de aire y al suelo arenoso, me demoré 2 horas y unos 15 minutos en llegar a la cima. Joder, y no había ninguna otra montaña más alta, así que tenía que ser ese. Pronto ví el cráter y gente que me confirmó que sí, que ese era. Y qué iba a hacer yo con tanta comida??? Pues estaba claro. Eran las 8 y media de la mañana, y hacía sol (las nubes estaban como 500 metros por debajo), y el paisaje era increíble. La temperatura unos 14 grados. Así que bien abrigado (por el viento), y a comer, mientras disfrutaba a lo lejos de las cimas de los volcanes Acatenango y Fuego (a lo lejos), y Santa María y Santiaguito más cerca. Y para culminar la belleza, pude ver humear al Fuego y al Santiaguito... hermoso!!!! Y ahí me pasé como 3 horas. Básicamente, comiendo y bebiendo todo lo que había llevado para 8 horas de caminata.
La bajada sencilla, y de nuevo en San Marcos, donde para variar había una procesión, y estaban adornando el suelo haciendo las típicas alfombras con barro y arcilla o polvo de tiza, que disfrutaré próximamente en Antigua. No mucho más... y de nuevo hacia Xela, donde me encontraría con mi amigo Ron. El objetivo subir el volcán Santa María con la luna llena.
Y ahi fuí, a Xela, donde me junté con Ron, y tras tomar la típica cerveza y tekila para agarrar fuerzas, nos fuimos al local de Quetzaltrekkers a las 11 de la noche. Esta asociación, Quetzaltrekkers, es como una ONG de voluntarios que no ganan dinero y lo destinan todo y colaborar con los niños de la calle. El único problema... que su español es como mi ruso (lo justo para decir salud, cerveza, y poco más....). Pero bueno, nos dieron de cenar, ropa de abrigo, agua, mochila y subimos. La subida bonita, dura, pero no tanto como el agua (creo). El problema fue, que llegamos a las 4am, y había luna llena, sí, pero también muchas nubes y viento que hacían imposible ver el volcán Santiaguito así como disfrutar de la cima debido al frío y la humedad de las nubes. Pero bueno, dentro del saco de dormir, aguantamos hasta las 5 y media que empezó a amanecer, y ahí con el sol ya calentando todo empezó a cambiar.
Cafe y/o chocolate caliente para desayunar, sol, y las nubes que se empezaban a ir... y así conseguimos disfrutar de una de las erupciones del volcán Santiaguito. Hermoso.... tanto como las vistas. Incluso se vaía el Tajumulco en esa foto que aparezco yo!!
Bajamos, cada uno con una bolsa de basura intentando limpiar el monte, pero tal y como se ve en la foto, no es tan fácil. Quería irme hacia Antigua directo, pero claro; sin dormir toda la noche, acepté quedarme en casa de una chica vasca (lorea), la cual no estaba en Xela sino en Berriz, pero mis amigos tenían la llave, así que ahí fuimos. y entre los 5 que estábamos, cena y botella de Quetzalteca. Imposible salir de fiesta, ya que para cuando vimos la hora ya era la 1, hora en la que cierran los bares por la Ley Seca de Guatemala. Pero no importó, seguimos un poco más y a dormir, in fain serafain.
Al día siguiente, era Viernes Santo, y yo quería ir a Antigua, donde se dice que es la celebración de Semana Santa más importante después de la de Sevilla. Pues ahí fuí... a dedo. Sin problemas (me preocupo). Y de nuevo a casa de Andrea, compartiendo suelo esta vez "solo" con 5 personas.
En Antigua, pude disfrutar de lo típico (acompañado de multitudes de turistas). La creación de las alfombras, por las que pasará la procesión. La cual, el viernes santo, acabó como a las 5.30 de la mañana... cuando yo ya no encontraba ningún bar en que beber nada. Y eso sí, muy religiosos, pero los puestos de pollo no daban abasto. Creo recordar que en viernes santo no había que comer carne...
La verdad que fué increíble la procesión, y al día siguiente, me iba a juntar con mis 4 amigos fiesteros con los que estuve en Xela, en Panajachel, en donde vivía una de ellos. Ahi fui... de nuevo a dedo, y no pudo ir mejor. Ya que en un auto, me pagaban las cervezas, y el segundo que tomé, eran dos jóvenes que iban a pasar la noche a Panajachel; así que como llegamos antes que mis amigos nos pusimos a tomar cervezas para esperarles. Para cuando llegaron, ya íbamos contentísimos, pero la fiesta siguió y siguió...
Me quedé un par de días en Panajachel, disfrutando de la fiesta cerca de la laguna (foto), para lugeo seguir a San Marcos de la laguna, el cual era todavía más tranquilo; lleno de hippies y gente que busca la energía, puesto que parece ser que hay energía especial. Pero me aburrí, todo el mundo haciendo Yoga... Era lindo, con callejuelas en las que justamente se podían cruzar dos personas, pero... tan tan tan tranquilo, que me aburrió. Solo estuve una noche, y de ahí, a San Pedro, un poco más movidito y con más vida.
-------------------- El Viajero ----------------
Nacido en Pamplona, capital del viejo Reyno de Navarra. Con 25 años, para algunos muy tarde para algunos muy pronto... decidí varias cosas: Me encontraba inmerso en un estilo de vida que no me satisfacía plenamente, ya que daba igual que tuviera 25 años o que tuviera 50, iba a seguir haciendo lo mismo, y con lo mismo para contar cada día. Así, que empaque la mochila ... y partí un día 6 de octubre de 2005 hacia Buenos Aires, donde empecé algo... que no se cuando acabará. Mi objetivo principal es VIVIR, y a la vez, sentirme vivo. Viajar... una forma de vida. No consiste en llegar a un lugar, sino disfrutar de cada segundo del camino, cada lugar, cada persona, cada grano de tierra, cada atardecer como si fuera el último y el más lindo... Y en eso consiste mi viaje, no llegar a ninguna parte... vivir viajando; al fin y al cabo, VIVIR. Y desde aquel momento, me considero la persona más feliz del mundo, con una riqueza inmaterial que nadie me puede quitar y nadie puede comprar, que no depende de nadie. Como una vez leí, las cosas verdaderamente buenas de la vida, no son cosas ni tienen valor. Aprendo, vivo y disfruto; entonces ¿por qué parar de viajar?
jotikass@gmail.com
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Me parece un lugar muy bonito, pero también en México existen playas hermosas y con un excelente clima como las de Cancún
ResponderEliminarMe parece un lugar muy bonito, pero también en México existen playas hermosas y con un excelente clima como las de Cancún
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