-------------------- El Viajero ----------------

Nacido en Pamplona, capital del viejo Reyno de Navarra. Con 25 años, para algunos muy tarde para algunos muy pronto... decidí varias cosas: Me encontraba inmerso en un estilo de vida que no me satisfacía plenamente, ya que daba igual que tuviera 25 años o que tuviera 50, iba a seguir haciendo lo mismo, y con lo mismo para contar cada día. Así, que empaque la mochila ... y partí un día 6 de octubre de 2005 hacia Buenos Aires, donde empecé algo... que no se cuando acabará. Mi objetivo principal es VIVIR, y a la vez, sentirme vivo. Viajar... una forma de vida. No consiste en llegar a un lugar, sino disfrutar de cada segundo del camino, cada lugar, cada persona, cada grano de tierra, cada atardecer como si fuera el último y el más lindo... Y en eso consiste mi viaje, no llegar a ninguna parte... vivir viajando; al fin y al cabo, VIVIR. Y desde aquel momento, me considero la persona más feliz del mundo, con una riqueza inmaterial que nadie me puede quitar y nadie puede comprar, que no depende de nadie. Como una vez leí, las cosas verdaderamente buenas de la vida, no son cosas ni tienen valor. Aprendo, vivo y disfruto; entonces ¿por qué parar de viajar?
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miércoles, marzo 09, 2011

De Pleiku, nuevamente a la costa, rumbo a Hoi An

Rumbo a Pleiku, encontramos algunos pueblillos Jarai, con sus cementerios a las afueras que son como peque;as aldeas. Las tumbas son como caba;itas, y en la tumba dejan bebida,comida, objetos del muerto y un jarron que se supone representa al muerto. Todos los aniversarios se juntan, y celebran la muerte de esa persona, pero tras el septimo a;o se supone que el espiritu del muerto ya se ha ido del lugar y abandona la tumba. Muy curioso.

Seguimos rumbo hacia Kon Tum. La carretera estaba desierta, y tras nuestras tipicas paradas para el cafecito o para comer sandia, llegamos y lo primero fue la parada en una panaderia que vimos. No vemos muchas, pero cuando vemos una... paramos a ver que tal el pan y lo que haya, aunque los precios muchas veces son un poco exagerados. Aca estaban bien, y disfrutamos de un lindo desayuno. Lo siguiente fue visitar la catedral, bastante bonita, echa de madera por los franceses hace mas de un siglo.

Paseando por ahi, empezamos a charlar con un tipo que decia era profesor de ingles en un orfanato, que justo era el edificio contiguo a la catedral y nos invito a visitarlo. Fuimos a verlo, y nos conto historia duras de ni;os abandonados porque sus padres no pueden mantenerlos y como sobreviven gracias a donaciones, ya que el gobierno no les da nada para mantener a los 200 ni;os que cuidan. Fuimos a jugar un poco con los ni;os peque;os, que tienen 26 menores de 2 a;os, y ellos encantados de ver a alguien nuevo para jugar con ellos. Sobre todo siendo nosotros un poco altos, les encantaba que les levantaramos bien arriba.

Mas cafetales, y acabamos durmiendo junto a un lago ahi cerquita, comiendo sandia y bocadillos, para al dia siguiente, seguir por una carretera hermosa, toda monta;a arriba. Infinidad de cascadas, vistas soberbias, y mas arriba frio y niebla. La gente tambien iba cambiando, con se;oras que llevaban a sus ni;os a las espaldas, trajes tradicionales, ... y Angel y yo que nos preguntabamos si estariamos en altiplano Boliviano, y es que era igual incluso en sus rasgos fisicos.  En un momento, nos paramos a ver el paisaje y mear (la verdad que nos la pasamos meando todo el dia), y un ni;o subia por la carretera caminando y guiando a su bufalo. El ni;o descalzo, con una camiseta destrozado nos miro y nos saludo sonriente, y Angel (el fotografo del grupo) aprovecho a sacar fotos del bufalo. El ni;o, paro al bufalo y agarrandole de los cuernos lo intentaba girar para que saliera en las fotos. Esos detalles, la sonrisa y pureza del ni;o y el que en ningun momento nos pidiera nada me hicieron regalarle una camiseta y una gorra, que el ni;o se volvio loco cuando se las di, y todavia mas cuando se puso la camiseta y le llegaba hasta las rodillas...

Acabamos durmiendo en una pension de un pueblo, en la que la due;a no hablaba nada, y en la que el marido estaba borracho viendo la tele a todo volumen. Preguntamos por cenar un pollo asado, entero, pero nos pedian 200.000 y como no nos convencia, acabamos cenando un arroz por 20.000 pero muuuuy resulton, a nuestro estilo. Tras un heladito de postre saludando a tooooodos los ni;os que pasaban por la calle y practicaban su "hello, where you from?", nos fuimos a dormir.

Amanecio nubladito pero ni mucho frio ni lluvia, y seguimos camino por las monta;as.  Ibamos rumbo a las ruinas de My Son, pero no teniamos muy claro como se llegaba y nuestro mapa no nos lo indicaba muy bien, aunque siguiendo la carretera principal seguramente llegaramos; pero en un momento nos paso algo gracioso. Encontramos un cruce entre la carretera principal por la que ibamos y otra carretera que salia hacia el este. Nos miramos y nos reimos. Empezamos a valorar nuestra situacion. Parados en un cruce, con dos opciones, y sin saber a donde va cada una, tampoco nos importaba. Reiamos de lo lindo que es poder llegar a un cruce y poder girar hacia la izquierda o derecha sin importar, sin horarios, sin destinos, sin limites.... Giramos hacia el camino que peor pinta tenia, obvio.

El camino estaba destrozado por los camiones que pasaban para la construccion de una central hidroelectrica que estaba destrozando el paisaje (al estilo vietnamita). Las vistas, cuando no coincidian con hormigon o agujeros en las monta;as, eran muy lindas, y poquito a poco, fuimos bajando altura hasta tras varias horas, con paradita a por un cafe y paradita en taller a hinchar ruedas incluido, llegamos a la autopista 1. De ahi, unos 30 kilometros, y llegamos a la entrada de las ruinas de My Son.

Son las mejores ruinas que dicen que hay en Vietnam, y decidimos ir a verlas, ya que para algo que sobrevivio a los franceses y luego a los americanos, pues parecia interesante. Pero la entrada eran 60.000 y tras intentar sobornar al de la entrada decidimos volver un par de cientos de metros. No habia opcion de colarse, y pagar 60.000 para ver las 4 ruinas que quedan de los varios cientos que habia, pues tampoco era plan. Un tipo de una tienda, nos dijo que si queriamos comprar agua o algo... y ahi le dije. "queremos entrar, pero no por la entrada. Se que hay un camino, por donde es?" El tipo, al principio receloso, dijo que no, que el no sabia nada, pero apenas sin insistirle nos se;alo una monta;a: "subid por los arrozales, bajad por el otro lado, y estais dentro, pero si os pillan yo no os he dicho nada". Oido... y nos fuimos a la monta;a.

La subida, sin problemas por senderos mas o menos marcados, pero la bajada... entre senderos cubiertos de maleza, caidas de agua, y tal... pues acabamos caminando durante una hora a traves de la vegetacion, para finalmente, y totalmente sudados encontrar un riachuelo que seguimos para encontrar el camino de las ruinas.  Ahi Angel se dio cuenta que en algun momento se le cayeron las gafas de sol, y tambien recordo algo que nos suele pasar a menudo: se habia olvidado las llaves de la moto puestas.

Las ruinas... bueno, sin mas. Era interesante ver un gran agujero en el suelo echo por una bomba de los americanos a escasos 4 metros de una torre de la civilizacion Cham que todavia resiste.

De ahi, tras cenar en la calle una rica sopa de noodles y comer un huevo con embrion de pato, acabamos acampando en un cementerio, interesante experiencia... y al dia siguiente, ya si, fuimos a Hoi An, quizas la ciudad mas bonita que hemos visto en Vietnam de momento.




Mas fotos de Vietnam en...

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